Dispatch from Kenya: Chávez, A decade later

His legacy inspired me to volunteer with the Bolívar Chávez Center in Kenya (CBCh-K) to advance anti-imperialist discourse in Kenya in support of Venezuela

On the 5th of March 2023, the world will mark the 10th anniversary of the passing of the Commander and Leader of the Bolivarian Revolution, Hugo Chávez. While Chávez may have left us physically, his spirit and influence live on, especially in the hearts and minds of countless Africans at home and in the diaspora. As a staunch supporter of African-Latin relations, Chávez admirably honored African art and culture, recognizing the critical role that Africa plays in the world’s history and future.

Chávez was a fierce critic of colonialism and imperialism and vehemently opposed the U.S. Hegemony that has severely harmed Africa. His anti-colonialism stance resonates deeply with Africans who are still grappling with the after-effects of colonialism, such as economic exploitation, cultural erosion, and political destabilization. Chavez’s critique of imperialism spoke directly to the aspirations of African people to reclaim their dignity, sovereignty, and self-determination.

In many African countries, Western countries, including the United States, continue to wield significant political and economic power, often to the detriment of the local populations. In Kenya, for instance, there are concerns that the country is being coerced into siding with the West against its will. 

The geopolitical realities of the region and the legacy of colonialism continue to influence Kenya’s political and economic relations with the West. Chavez recognized this reality and advocated for an alternative path that prioritized South-South cooperation, based on mutual respect and benefit, as opposed to the North-South exploitation that has historically characterized international relations.

Chávez’s legacy extends beyond his anti-colonialism and anti-imperialism stance. He was also a visionary leader who championed the cause of socialism. 

His socialist ideology inspired many Africans who are still fighting for similar ideals, such as equitable distribution of resources, access to education and healthcare, and fair labor practices. Chávez demonstrated that another world is possible, one that is not dominated by capitalism and neoliberalism but rather, is guided by the principles of solidarity, cooperation, and justice.

Chávez’s commitment to socialism was reflected in his policies, which prioritized the needs of the poor and marginalized. Under his leadership, Venezuela implemented a series of social programs that aimed to eradicate poverty, improve access to healthcare and education, and promote food security. These programs, such as the Bolivarian Missions, have had a significant impact on the lives of millions of Venezuelans and have inspired similar initiatives in other parts of the world including here in Africa.

His legacy inspired me to volunteer with the Bolívar Chávez Center in Kenya (CBCh-K) to advance anti-imperialist discourse in Kenya in support of Venezuela. A decade later, since the sowing of the commander and leader of the Bolivarian revolution, his values continue to guide the righteous fight against imperialism and  the pursuit of freedom and unity in both our continents.

Maureen Kasuku, activista del Movimiento Feminista y Antiimperialista de la República de Kenia

Hugo Chávez y el legado venezolano para la lucha por la soberanía de los pueblos

Hoy seguimos las enseñanzas de Chávez en busca de todo lo que nos fue robado, todo lo que fue abandonado y aniquilado: nuestra cultura, nuestras riquezas, nuestra fuerza, nuestra identidad

Venezuela es una referencia mundial en la resistencia antiimperialista y en la lucha por la soberanía de los pueblos. Los aportes de Simón Bolívar y Hugo Chávez sentaron las bases para la conciencia de clase y la hermandad entre los países colonizados y explotados en busca de la independencia, la cooperación entre países de Sur a Sur y la integración latinoamericana. La elección del comandante venezolano fue fundamental para poner fin al Pacto de Punto Fijo que dominaba el país y dar inicio al levantamiento izquierdista que contaminó a América Latina en reacción al neoliberalismo y la ofensiva capitalista que aplastó a los países considerados subordinados.

El cuestionamiento de Chávez al modelo neoliberal, marcado por profundas desigualdades sociales, y la audacia del comandante para posicionarse frente a Washington llevaron al fortalecimiento y reconocimiento del poder latino y, a través de ello, fue posible establecer el intercambio de saberes y metodologías que fueron y continúan siendo implementados en toda la región por países hermanos.

Actualmente, cuando se reflexiona sobre la lucha por la tierra, por el derecho a la alimentación saludable y por la garantía de los derechos básicos, algunas iniciativas en Brasil y Venezuela son similares. Esta relación se fortaleció luego de la visita del comandante venezolano, en 2005, a un asentamiento del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) ubicado en el municipio de Tapes, en Rio Grande do Sul, que hoy lleva su nombre. Al año siguiente, el Movimiento brasileño que lucha por la reforma agraria implantó la Brigada Apolônio de Carvalho en el país venezolano y sigue construyendo la Revolución Bolivariana en las áreas de producción agroecológica, soberanía alimentaria, producción de semillas, trabajo cooperativo y formación política.

Tales iniciativas demuestran cómo la lucha internacionalista y por la integración regional debe estar presente en las grandes ciudades, en la periferia, en el campo, en la selva, en cada río, camino y plantación. Es necesario que llueva en toda América Latina para que florezca un nuevo plantío de esperanza, como quiso señalar Hugo Chávez al citar el poema «Hace tiempo» de Leonel Ruiz. El arte como herramienta de construcción de conciencia siempre ha estado presente en los actos públicos y agendas políticas del comandante bolivariano. Hoy seguimos las enseñanzas de Chávez en busca de todo lo que nos fue robado, todo lo que fue abandonado y aniquilado: nuestra cultura, nuestras riquezas, nuestra fuerza, nuestra identidad. Ese futuro es posible y Hugo Rafael Chávez Frías nos ha demostrado que somos capaces de lograrlo

Martha Raquel Rodrigues, brasileña, 29 años, periodista y estudiante de maestría en Integración de la Latinoamerica en la Universidad de São Paulo (USP). Reportera de Jornalistas Livres y comunicadora del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).

Por siempre Chávez

Antes de partir físicamente, Chávez nos encomendó la tarea de seguir forjando unidad y más unidad ante un enemigo imperialista que no cesa en su proyecto de dominación

No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán; ante esta circunstancia de nuevas dificultades, del tamaño que fueren, la respuesta de todas y de todos los patriotas, los revolucionarios -los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras, como diría Augusto Mijares- es unidad, lucha, batalla y victoria”.

Hugo Chávez Frías

Al cumplirse diez años del paso a la inmortalidad del Comandante Eterno, se hace inevitable repasar su legado, ese que se multiplica día a día en los pueblos del mundo que sueñan, anhelan y luchan por su liberación. Antes de partir físicamente, Chávez nos encomendó la tarea de seguir forjando unidad y más unidad ante un enemigo imperialista que no cesa en su proyecto de dominación.

Cuando Chávez apareció en la historia, reavivó la llama revolucionaria existente en los pueblos del mundo que luchan contra la opresión y el saqueo imperial. Sus enérgicos discursos y su práctica revolucionaria trascendieron las fronteras de la Venezuela bolivariana y de Nuestra Patria Grande para convertirlo en un faro a nivel global, llegando a todos los rincones para convertirse en un ejemplo de lucha revolucionaria en defensa de la humanidad y de nuestra casa común.

El Comandante sembró la esperanza, las ansias de transformar todo lo que deba ser transformado; las de tirar abajo los muros que levanta el enemigo y las de romper las cadenas que nos oprimen y provocan el sufrimiento de millones para que unos pocos se enriquezcan. Anhelos que continúan intactos en el heroico y bravo pueblo bolivariano que junto con el compañero/camarada Nicolás Maduro Moros sigue batallando contra las agresiones gringas y de sus aliados.

Creyeron que sin el Comandante la revolución moriría. No lo escucharon. Chávez ya no era ese compañero nacido en Barinas al que le gustaba el béisbol y que un día se alistó en el ejército. Chávez trascendió incluso su corporalidad y se convirtió en un pueblo, en muchos pueblos. “Tú también eres Chávez” gritó a los 4 vientos. Porque Chávez ya no era una persona, eran las ideas, los valores, la solidaridad, la hermandad, la unidad y la lucha. Chávez se convirtió en sinónimo de Revolución.

Hace poco tiempo escuchamos a la Jefa del Comando Sur de EEUU referirse a nuestros territorios y bienes comunes cómo si fuéramos su patio trasero, dejando en claro que no resignaron sus intereses de sometimiento y saqueo de nuestro continente. Chávez nos advirtió de la vorágine imperialista que sigue sumando crímenes cometidos contra la humanidad. Señaló la crueldad de este sistema capitalista que sólo reproduce miserias e injusticias. “¡Patria, socialismo o muerte!” sentenció para convocarnos a construir Patria ante un modelo que solo conduce a la extinción como especie. Pero también nos dejó una certeza al proclamar el ¡viviremos y venceremos! porque confiaba que este pueblo que lleva más de 500 años de batalla contra el coloniaje, está resuelto a ser libre.

Con esa convicción enterramos al ALCA para parir un nuevo tiempo nuestroamericano de solidaridad y hermandad entre pueblos, de integración regional para librarnos de la dependencia. Con esa determinación resistimos la revancha de la derecha reaccionaria que intenta restaurarse en el poder para avanzar con su depredación. La Revolución no solo es posible, sino que es necesaria para que triunfe la vida por sobre la muerte.

Así cómo el Comandante Eterno dedicó hasta su último suspiro en esta batalla, nosotras y nosotros juramos seguir la senda que nos marcó. Convencer y multiplicar, esa es la tarea hasta que todos los pueblos del mundo triunfen.

Chávez vive en nuestra lucha anticapitalista y antimperialista.

¡Por siempre Chávez! ¡Por siempre Revolución!

¡Aquí no se rinde nadie! ¡Venceremos!

Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho

«¡ALCA! ¡Al carajo!» Chávez voz de los pueblos

Con 14 años recién cumplidos era tan poco lo que comprendía como la fascinación que me producían aquellas frases que invitaban a defender lo propio

Corrían los últimos meses del año 2005, las paredes de la Provincia de Buenos Aires amanecían exhibiendo consignas en contra del ALCA. Con 14 años recién cumplidos era tan poco lo que comprendía como la fascinación que me producían aquellas frases que invitaban a defender lo propio; «Patria si, colonia no», «Fuera Bush de la Argentina» y unas cuantas más.

Aun hoy, 18 años después, puede verse desde el tren Sarmiento aquel mural imponente donde los hermanos indígenas levantan sus lanzas contra las tropas estadounidenses distinguidas con la sigla del leonino tratado de libre comercio.

La televisión no hablaba de otra cosa, Mar del Plata era un hervidero y la cumbre de las Américas compartía el protagonismo con una mucho más épica y popular.

Esos son mis primeros recuerdos del comandante Hugo Chávez, de traje en las reuniones con los jefes de estado y de chaqueta y camisa roja en el estadio mundialista.

Luego de la frivolidad de los 90’s y la posterior debacle en el nuevo milenio, donde la felonía con el norte y la hipocresía camuflada de corrección política eran moneda corriente, escuchamos a ese hombre gritar a viva voz; «¡ALCA! ¡Al carajo!» y nos marcó el rumbo a millones para siempre.

Daniel Devita, Doble D el rapero del pueblo, Argentina.

Chávez multiétnico y pluricultural

El líder revolucionario enfrentó la política y visión supremacista y discriminatoria, otorgando reconocimiento y valor al pueblo afrovenezolano y a los pueblos indigenas

El Comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías con la Constitución de 1999 estableció para siempre la condición multiétnica y pluricultural de la República Bolivariana de Venezuela, en ese contexto los principios de Soberanía e independencia Nacional, se constituyeron en los valores fundamentales nuestra patria.

Estas definiciones evidencian la voluntad política y la decisión del Gobierno del Presidente Hugo Chávez de enfrentar la política y visión supremacista y discriminatoria que estigmatizo y desprecio a nuestros pueblos por razones raciales y sociales.

Esta decisión fue acompañada de acciones que reivindicaron en lo internacional una postura concreta de relacionamiento con los países que luchan por su liberación e independencia nacional en contra de las posiciones hegemónicas e imperiales.

La presencia de Venezuela en los foros internacionales brindando solidaridad y promoviendo la creación de modelos de integración sur sur y la decisión de profundizar las relaciones con los pueblos y gobiernos africanos y caribeños determino en buena medida la política internacional, en su dimensión pluripolar.

En lo interno significo el reconocimiento pleno a los derechos de la comunidad afro descendiente como condición básica para enfrentar la exclusión y la discriminación racial, planteando el derecho y el deber de diseñar y participar de procesos socioeconómicos que garanticen nuestros legítimos derechos al trabajo, estudio, salud, deporte, cultura.

El legado del Comandante eterno Hugo Chávez Frías, y su continuidad a cargo del Presidente Obrero Nicolás Maduro Moros, son los caminos que garantizan la soberanía e independencia de nuestra Patria, en este aniversario de su desaparición física, entonamos con fuerza y conciencia nuestra canción UH AH CHÁVEZ NO SE VA !!!

Noel Márquez, presidente de la Fundación Grupo Madera, Venezuela.

Chávez: Indestructible Loyalty to the People

With the election of Chavez in 1998 and his subsequent inauguration in 1999, a new process and a beacon of hope was born and ignited in Venezuela

On this 10th anniversary of the entrance of Commander Hugo Chavez into immortality, I want to highlight the legacy of Chávez and the impact that he has had on millions of people across borders, faiths, and flags. For far too many people; the 21st century seemed doomed to be filled with more despair, death, destruction, war, poverty, hunger, and democratic dissatisfaction.

However, with the election of Chávez in 1998 and his subsequent inauguration in 1999, a new process and a beacon of hope was born and ignited in Venezuela. This revolutionary flame has not, and will not, be extinguished as it has and continues to be a source of continuing inspiration for the worlds people. This beautiful process of liberation began in Venezuela, but it soon spread to Brazil, and Argentina, and Bolivia, and on and on people across Latin America began to take the lead themselves and began to stand up to neoliberalism and capitalism, as well as demand respect on the geopolitical stage. I grew up Catholic, but lost much of my faith as the years went on… but when I began studying Chavismo, and learning about the Bolivarian Revolution as well as the processes of liberation that Chávez inspired across the region, my faith was reignited. I truly believe that God is on the side of the dispossessed, the poor, the hungry, and the exploited; leaders like Chávez are sent by God to lead the people against their despotic and oligarchic exploiters. Chávez even cared more for the people of the United States than our own government did; while the US government was bailing out banks and pumping trillions of dollars into a diseased and predatory financial system that was throwing people out onto the streets, Chávez and his Bolivarian government was providing free or low cost heating oil to working families in the US.

Chávez has always represented the “threat” of a good example; the ruling classes across Europe and in the United States alike tremble at the thought of their own peoples demanding a leader like Chávez. They tremble at the thought of a leader like Chávez emerging in the US or Europe who educates people about their own oppression and leads the people to recognition of their social, economic, and political rights with true democracy. The enduring legacy of Chávez can be seen, felt, and heard in Venezuela; where even despite the onslaught of sabotage, sanctions, economic war, electrical sabotage, and so much more, the people continue to support and fight on behalf of the PSUV, their President Maduro, and the legacy of Chávez.

Chávez’ writings, thoughts, and speeches on all topics continue to be my most primary point of reference. In this, I am not alone, millions of people across the world hold Chávez, Chavismo, Venezuela, and their continuing Bolivarian process close and deep in their hearts and minds. This will never change.

Dakotah Lilly, economista y especialista en Ciencias Políticas.

Chávez: El “Popol Vuh” de la Revolución Bolivariana

Hugo Chávez restituyó la esperanza no apenas de sus compatriotas, él resucitó a los pueblos de América Latina

Para conocerlo más profundamente y lucrarnos de sus enseñanzas, hemos revisado apenas una porción muy pequeña de su vida, no sólo como militar, estadista, sino además como politólogo, escritor, poeta, comunicador social, hijo, hermano, padre, abuelo, compatriota y amigo generoso, encontrándonos, en cada uno de los capítulos de su vida, lecciones ejemplares que como ciudadanos venezolanos, quienes llevamos a la patria en las vísceras, debemos seguirlas como guía, como una norma de consulta, algo así como un libro sagrado de recopilaciones de enseñanzas, una especie de “Popol Vuh”, el Libro Sagrado de los Mayas.

El escritor portugués, Miguel Urbano Rodrigues, escribió sobre él: “Según Theodor Mommsen, todo comenzó a mudar en Roma con Julio César, no exageró el historiador alemán premio Nóbel de literatura. Hoy, en un contexto doctrinario actual, muy diferente, podría afirmarse lo mismo de Hugo Chávez, tomando como referencia a América Latina” (…). “El breve y tempestuoso pasaje por la vida de este venezolano dejó marcas imborrables, no apenas en la historia de su país sino también, frente al futuro de los pueblos al sur de río Bravo. Nada va a permanecer igual a lo que era antes de Chávez” (…). Hugo Chávez restituyó la esperanza no apenas de sus compatriotas, él resucitó a los pueblos de América Latina.

Jamás en la historia de América Latina, del Norte, Europa, Oceanía, Asia o África, un Jefe de Estado, alcanzó, al menos en los últimos 100 años, una legitimidad democrática tan incontestable. Desde su llegada al poder el 2 de febrero de 1999, hubo en el país 16 elecciones, Hugo Chávez ganó en 15, la última de ellas el 7 de octubre de 2012, todas sobre el 50% de preferencia de sus electores.

En el libro de condolencias, depositado en el Consulado General de Venezuela en Funchal, se lee:

“Amado presidente Hugo Rafael Chávez Frías, 1954-2013. Hoy tu pueblo que te ama llora tu partida, sin embargo, nos comprometemos a seguir el proyecto que de tu puño y letra nos legaste para este período, que es tu período, 2013-2019. Murió el hombre, pero no la idea ni los ideales, Chávez seguirá vivo en el corazón y mente del pueblo venezolano y en la de los pueblos del mundo, en especial de aquellos que conforman los nuevos sistemas de integración, por él, tan sabiamente impulsados, Unasur, Celac, Alba, Petro Caribe, Telesur, así como las nobles misiones sociales internacionalizadas junto al gobierno de la República de Cuba, misión Milagro y misión Robinson. El legado de este nuestro segundo libertador, crecerá como “crece la sombra cuando el sol declina”. Dios te bendiga padre presidente, comandante de la Revolución del siglo XXI. Descansa en paz, pero no te vayas, quédate con nosotros, permanece a nuestro lado porque como lo inmortalizó el poeta guatemalteco, Miguel Ángel Asturias, “creemos en la resurrección de los héroes y en la vida perdurable de los que como tú no mueren, cierran los ojos y se quedan velando”.

Félix A. Méndez Correa, Consul General de la República Bolivariana de Venezuela en Funchal, República Portuguesa.

Los cuatro Chávez

No es complicado desafiar los esquemas de lo políticamente correcto en esta Europa en decadencia. Pero Chávez los hacía añicos.

Conocimos a Chávez por vez primera desde el Norte Global, que es como decir desde una lejanía integral, que tenía menos que ver con distancias kilométricas que subjetivas, si acaso pudiera medirse la subjetividad. Una lente desenfocada, emborronada, casi opaca se colocaba entre el fenómeno Chávez y nuestras vidas, allá por el año 99, cuando agonizaba un siglo XX de frustrados horizontes y llegaba al mundo, tímida todavía, su figura. Para los sectores oprimidos, Chávez significaría el rescate -imposible para el Occidente del fin de la historia– de ese horizonte roto y desfigurado, de la mirada que vislumbra un futuro de dignidad posible y necesario.

Acá en Europa, en la Castilla de tierra arrasada por los “cantos al sol”, la figura de Hugo Rafael Chávez Frías no levantó ninguna pasión popular. En los albores del siglo XXI era apenas un militarzucho más que tocaba poder en la corrompida América Latina. Aunque para algunos fue una osadía intolerable que un personaje como él llegara a la presidencia, todavía los focos mediáticos del panóptico global no se prendían alumbrando al Comandante. Cómo imaginar que poco después tendríamos a Chávez hasta en la sopa. Portadas, noticias, vídeos, reportajes, suplementos, revistas. El fenómeno Chávez logró inundar toda la industria cultural de la dominación. Esa maquinaria productora de sentidos orientó hacia él sus focos permanentes. Cuando hace semejante despliegue, pretende vendernos o colarnos algo. Y así nos colaron la figura de un Chávez despreciable, excesivo, bruto, desubicado. Chávez tirano, bestia, no humano. Chávez nació al mundo mediático para ser humillado y despreciado. Pertenecía al Sur del Sur, de donde vienen los de abajo. Su rostro no encajaba en los cánones eurocéntricos de la razón occidental. Indígena, negro, mestizo, se parecía demasiado a los históricamente olvidados. No hablemos de su personalidad y su verbo irreverente. Para unos sujetos devastados por el fin de los grandes relatos, el consumo y los fenómenos post, Chávez era demasiado. No es complicado desafiar los esquemas de lo políticamente correcto en esta Europa en decadencia. Pero Chávez los hacía añicos.

Ese fue el primer Chávez que nosotros conocimos. Y claro, en aquella relación primeriza surgía la inevitable pregunta de por qué al poder le molestaba tanto. Por qué tanto interés en su figura. Ante esa cuestión, nacía la posibilidad de un acercamiento a otro Chávez.

Conocimos a un segundo Chávez todavía en estas tierras castellanas. Lo descubrimos en los otros relatos del norte, los contrahegemónicos, en las corrientes que intuyen y cuestionan, contra la corriente implacable que nos engulle en su quimera del pensamiento único. Lo descubrimos en las tradiciones de lucha que tratan de acercarse a otra narrativa sobre América Latina. Ese segundo Chávez es el que a nosotros se nos fue un 5 de marzo de hace ahora 10 años. No tuvimos la suerte de conocer al Chávez de carne y hueso, de verle y escucharle en persona. Pero lo lloramos. Aquel 5 de marzo de 2013 lloramos a Chávez desde la desolada Castilla. Lloramos a Chávez desde la desolada capital del Reino de España.

Apenas unos meses antes, el diario El País del Grupo Prisa describía a un Chávez abandonado por su pueblo, solitario sobre un escenario, agarrado a un triste micrófono bajo la lluvia. Hablamos de la marcha de las 7 avenidas. Recibe ese nombre en la conciencia colectiva de los venezolanos porque ese día se llenaron como aguas fecundas las 7 avenidas principales de Caracas para acompañar y arropar al Comandante en el cierre de campaña. Al día siguiente de su despedida física, su figura ocupaba una vez más las portadas de la prensa española. “La enfermedad derrota a Chávez” (El País); “El caudillo se calla” (El Periódico); “Maduro convierte la muerte de Chávez en un asesinato imperialista” (El Mundo); “Chávez, muerte del caudillo” (La Razón). La industria de la mentira cada vez más osada produciendo sus mercancías de usar y tirar.

Conocimos a un tercer Chávez caminando las tierras de América Latina. Lo encontramos en los pobladores de Santiago de Chile, en las fábricas recuperadas de Neuquen o las tomas de tierra de Buenos Aires, en los trabajadores de Envidrio en Montevideo, en el Movimiento Sin Tierra-MST de Brasil, en las niñas, niños y adolescentes trabajadores organizados de Paraguay, en los mineros bolivianos, en los presos políticos del Perú, en los guevaristas de Ecuador, en el movimiento Congreso de los Pueblos de Colombia, en el zapatismo insurgente mexicano o en el pueblo revolucionario de la Cuba socialista. Acompañando esos procesos, Chávez aparecía en cientos de conversas, caminares y entrevistas, y hasta en los muros aparecía Chávez como un faro alumbrando conciencias y sentires. Contagiando con su legado la esperanza y la alegría necesarias para seguir haciendo lo que él hacía: luchar por el socialismo. Hacer, estudiar, aprender y volver a hacer. Pensar y actuar con la mirada puesta en las grandes mayorías.

Conocimos a un cuarto y definitivo Chávez junto a su pueblo venezolano, justamente en esas grandes mayorías que la historia de la infamia relegó a los márgenes del olvido. Compartiendo el calor de un fogón, la alegría de una arepa o la conversa en la oscuridad de un apagón. Lo encontramos en los cerros, en los humildes, en los procesos organizados en lucha. En las instituciones cuyas puertas Chávez abrió para que pasaran los de abajo, en las estructuras estatales penetradas de pueblo, contradicción, disputa y lucha. Vemos a Chávez en la Venezuela que resiste a todas las formas de guerra no convencional que el imperialismo ha podido inventar. Sentimos al Chávez arañero junto a la CORENATs, movimiento de niñas, niños y adolescentes trabajadores organizados junto al cual militamos y en cuyo logo se dibuja el Chávez niño vendedor de arañas. En Venezuela descubrimos de nuevo a un Chávez que se había insertado en el pueblo. Que había calado en las raíces de la venezolanidad, resignificándola, dándole nuevos sentidos. Solemos preguntar en nuestras entrevistas quién era Chávez para la persona que entrevistamos. Juntar las respuestas llenaría cuartillas y cuartillas. Si pudiéramos condensarlas en una palabra, diríamos dignidad.

Cada vez que regresamos al Reino de España nos duele encontrarnos con aquel primer Chávez en las opiniones y el sentido común de nuestra gente, labrado a base de una estrategia mediática de tierra arrasada apuntando sobre los cerebros, objetivo del engendro que su propio creador, el imperialismo, llama guerra neocortical. A nuestros pueblos no se les ha permitido conocer a otro Chávez que a ese primero que nosotros conocimos hace más de 20 años, desde la distancia de subjetividades como kilómetros. Duele constatar lo que se pierden.

A esos cuatro Chávez conocimos nosotros. ¿Cuál de los cuatro es el verdadero? ¿Qué retrato se ajusta a su raíz y su acción? Pensamos que todos. Sí. Chávez sigue siendo el azote de las conciencias del norte y los grandes poderes globales. Chávez es el aprendiz que mira con ojos colectivos que intuyen e inventan. Chávez es el internacionalista que se reconoce en las rebeldías e insurgencias de América Latina. Y Chávez es raíz de pueblo venezolano. Es el azote porque le duele a su sujeto antagónico: el capitalista. Es aprendiz porque cuestionaba y se cuestionaba, porque inventaba mareas contra la corriente. Es internacionalismo porque supo leer la historia popular de América Latina y caminar hacia ella dibujando integración y Patria Grande. Y es raíz de Venezuela porque conocía a su pueblo y a su gente, y porque nadie como él supo aglutinar los dolores y amores de las olvidadas y los oprimidos. Y lo hizo rescatando sus historias de lucha. Poniendo en valor la historia en su sentido más genuino, el de la lucha de clases. Rescatando a los mitos emancipadores que crean identidad política nacional-popular.

“Aquí estamos hoy los hijos de Guaicaipuro…De ahí venimos nosotros, de la resistencia aborigen, de la resistencia india, de la resistencia negra, de los explotados, de los dominados de siempre”, dijo en aquel épico discurso bajo la lluvia. Hoy en Venezuela la historia indígena, libertadora, bolivariana y guerrillera está en la mesa y los fogones, en las busetas y caminos, en las calles y los cerros.

Hay muchos más Chávez. Porque Chávez no fue un individuo aislado de su tiempo sino proceso histórico, sujeto colectivo, condensación de oprobios y luchas libertadoras. Hoy queríamos recordar a estos cuatro. Y uno más, que es el mismo: el Chávez comunero. El del “Comuna o Nada”.

Si en algún lugar pudimos conocer de primera mano al Chávez pueblo, horizonte y esperanza, es en las comunas. Ahí, a 10 años de su siembra, permanece viva su raíz y su acción. En las comuneras y comuneros que adelantan en el presente la construcción de esas otras relaciones sociales, ese otro modo de producción y esa otra subjetividad que necesitamos se multiplique por doquier en Venezuela, América Latina y el mundo. Ahí, en la vía comunal al socialismo, vemos transparente su legado.

Por eso, seguiremos gritando ¡Chávez vive! ¡La lucha sigue!

¡Venceremos!

Raúl García Sánchez , Vocesenlucha, España

Dos personajes un solo objetivo

(…) junto a Chávez marchaba Fidel y viceversa. Se convirtieron en el dúo dinámico que hizo de nuestra América Latina y caribeña tierra en búsqueda de esa soberanía

Dos personajes han estado al frente de dos momentos únicos que removieron las estructuras del hemisferio occidental. El sacudón fue tan fuerte que este lado del mundo no volvió a ser igual.

El primero lo protagonizó Fidel Castro, quien junto a sus Barbudos derrocó a una sangrienta dictadura apoyada por Estados Unidos, el Primero de enero de 1959. Cuba se convirtió en el primer territorio liberado y soberano de América Latina. Se iba la primera oveja del corral, por lo tanto Washington tuvo que readaptar todo su sistema político, militar, económico y hasta social para que ello no se repitiera. Pero el ejemplo de Cuba ya estaba caminando. Por tanto muchos pueblos latinoamericanos y caribeños empezaron a rebelarse. Washington, con el apoyo de la burguesías naciones y sus ejércitos, supo controlarlas a sangre y terror.

El segundo personaje se llama Hugo Chávez. Existen varias fechas con sus momentos a tener en cuenta con él. Digamos que durante los primeros diez años del segundo milenio le puso patas arriba a nuestra América Latina y el caribe a Washington, convirtiéndose en el primer enemigo a batir, a desaparecer como fuera. Y se utilizó desde los golpes de estado y atentados terroristas hasta denigrantes campañas acolitadas por los medios de prensa del mundo.

El comandante Chávez realizó el sensacional pecado de llamar a la integración latinoamericana. Y le fueron respondiendo muchos gobernantes, apoyados por sus pueblos. Con su ejemplo y del pueblo bolivariano de Venezuela, se vió que era posible caminar sin el repique de Washington. Ecuador, Brasil, Argentina, Bolivia, Nicaragua, Honduras, Uruguay… Y todos los gobiernos latinoamericanos le respondieron, así todos no estuvieran totalmente convencidos de la necesidad de esa unidad.

Políticamente, pero también en lo económico, América Latina vivió una década de unidad, de integración, donde los pueblos vieron mejorado su diario vivir. Pues el objetivo central era ese: que la mayoría de latinos en la pobreza y miseria volvieran a ser visibles, a existir porque la dignidad de su día a día mejoraba.

Y junto a Chávez marchaba Fidel y viceversa. Se convirtieron en el dúo dinámico que hizo de nuestra América Latina y caribeña tierra en búsqueda de esa soberanía que solo la integración puede lograrla.

Hernando Calvo Ospina, periodista, escritor y realizador de documentales.

La Revolución Bolivariana y el estado del mundo diez años después de Chávez

La revolución bolivariana es la prueba contundente de que otro mundo es posible.

En este mes de febrero de 2023, la Humanidad, que sigue enfrentándose a retos humanos básicos como la alimentación, la educación, la salud y la seguridad, se encamina hacia una nueva bipolarización, o incluso una multipolarización. Sin embargo, hace unos 30 años, tras la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la URSS, los pueblos del mundo soñaban y pedían la construcción de un mundo de paz, justicia, prosperidad económica compartida y respeto mutuo. La amarga realidad de nuestro tiempo, unánimemente compartida por los pueblos del llamado «Sur», es ésta:

  • Las promesas de prosperidad condicionadas por draconianos programas de austeridad económica han incrementado la pobreza extrema en todo el mundo.
  • Las normas del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas sólo pueden imponerse a Estados débiles e indefensos.

Este es el sombrío panorama del mundo en el que los pueblos que luchan por la dignidad y la verdadera autodeterminación conmemoran el décimo año de la muerte del padre de la revolución bolivariana, Hugo CHÁVEZ

El camarada Chávez, que llegó al poder tras las elecciones generales venezolanas de 1998, es un ejemplo típico de los precursores de un modelo de sociedad socialista, imaginativo y altruista en un mundo tan hostil como el de finales del siglo XX. El «fin de la historia» proclamado por Francis Fukuyama tras el hundimiento del bloque soviético había acabado por convencer a los regímenes revolucionarios supervivientes del «Tercer Mundo» de la «victoria definitiva» del capitalismo liberal sobre la economía socialista.

Sin embargo, fue en este contexto internacional tan convulsionado, en una América Latina acostumbrada a la pérfida injerencia del ogro estadounidense, donde nació la Revolución Bolivariana de Venezuela. Esta joven revolución, llevada a pulso por un pueblo trabajador y decidido, logró desbaratar en 2002 un complot militar apoyado desde el exterior, para restaurar definitivamente la «dignidad nacional».

Esta dignidad nacional se caracteriza por los prodigiosos éxitos logrados en 15 años de revoluciones bolivarianas: la tasa de desempleo bajó del 11,3% (1998) al 7,8% (2008). Se crearon 2,9 millones de empleos en 10 años, la pobreza cayó del 54% de los hogares (2003) al 26% (2008).

El ejemplo del Presidente Hugo CHÁVEZ y de la revolución bolivariana que tan ingeniosamente dirigió, con los excepcionales resultados alcanzados, es un modelo, una inspiración y una encrucijada esencial para los pueblos africanos aún en lucha. La revolución bolivariana es la prueba contundente de que otro mundo es posible. Un mundo en el que el hombre ya no es sólo «un lobo para el hombre», sino en el que «el hombre es un remedio para el hombre», como proclama la sabiduría popular africana.

Los destinos de los pueblos sudamericano y africano están fuertemente ligados debido a los estigmas de la Historia. Colonizados, explotados y luego balcanizados para asegurar mejor el control de las potencias imperiales, nuestros pueblos deben aprender de las trayectorias singulares de los países de ambos lados del Atlántico. Bajo el prisma de este destino común, CHÁVEZ había lanzado una vasta cooperación con varios Estados africanos, materializada por la creación de una cartera ministerial.

La revolución bolivariana se distinguía por su solidaridad con todos los países que luchaban por el derecho a una verdadera independencia y singularidad en todo el mundo. Intentó en vano oponerse a la desestabilización de Libia (país norteafricano) por la OTAN. ¿Había percibido de antemano los riesgos de tal acto? La historia le da la razón diez años después: La destrucción de Libia marcó el inicio de un ciclo de violencia sin fin que sigue extendiéndose por los países del Sahel africano. Las atrocidades y los crímenes de guerra son ahora el pan de cada día.

Bayala Lianhoué Imhotep , de la organización Deux heures pour nous, deux heures pour Kamita (Burkina Faso)

De Hugo Chávez a Perón: Saludos, Paz y Hermandad desde el Cono Sur

Siendo Argentino, la imagen de Hugo Chávez puede ser interpretada de muy diversos modos. Lo cierto es que, quienes tenemos cierta formación histórica y arraigo regional latinoamericanista, desde el cono sur de América Latina, entendemos a Perón y Evita como símbolos únicos en términos de relevancia en la historia Latinoamericana

Siendo Argentino, la imagen de Hugo Chávez puede ser interpretada de muy diversos modos. Lo cierto es que, quienes tenemos cierta formación histórica y arraigo regional latinoamericanista, desde el cono sur de América Latina, entendemos a Perón y Evita como símbolos únicos en términos de relevancia en la historia Latinoamericana. El Peronismo como movimiento de masas populares en Argentina, fue fundante de una integración sociocultural y política muy particular. Salvando las distancias, representan ambos (tanto el dueto Perón+Evita como Hugo Chávez) en sus respectivas culturas y territorios, el mismo movimiento hacia un «Estado de Bienestar» en modo destacado contemporáneamente para la región. Hugo Chávez sería, quizás, el representante de esta misma lógica en Venezuela, como Lula puede significarlo para el Brasil, (superando la figura histórica de Getúlio Vargas, lo mas cercano quizás a este fenómeno previo a su emergencia.

Lula sacó a casi 40 millones de personas de la indigencia, posicionándose así como figura histórica desatacada en cuanto a su interés sociopolítico por la calidad de vida de los sectores populares a nivel global.) Desde esta mirada, a los pueblos como Venezuela y Argentina, nos unen figuras como San Martín, Simón Bolivar, Perón y Evita y Hugo Chávez entre otros y otras.

Chávez operó para la redistribución de la riqueza en diferentes formas en Venezuela, siempre aplicando la construcción de Poder Popular así como el General Perón y Evita lo hicieron en nuestro país. Dejó Don Hugo un legado muy potente para las clases populares, al igual que dichos referentes argentos. Los Círculos Bolivarianos del Chavismo y las Unidades Básicas del Peronismo, son parte central de ese legado. Espacios de participación Ciudadana muy similares, que dejaron instalado un aprendizaje digno de ser aplicado cada día en nuestras organizaciones sociales, así como en la comunidad en general.

El bien común como principio de Justicia Social es honrado diariamente al seguir sus doctrinas basadas en el desarrollo de mejores comunidades, de seres comprometidos con el derecho colectivo en general. Saludamos desde el extremo sur del continente a nuestras y nuestros compatriotas del extremo norte de Sudamérica, recordando al Comandante con cariño y convicción, mas firmes que nunca en el frente de lucha por derechos sociales que mejoren la calidad de vida humana a como de lugar para el campo popular en general.

Leandro Martin Carvalho, realizador Audiovisual argentino

Chávez hombre universal

En el año 2005, 200 del juramento de Montesacro, Chávez viajó en Roma. Aquel mismo día en un diario italiano salió un artículo sobre el viaje de Sarte y de Beauvoir a Cuba en el año 1960

En el año 2005, 200 del juramento de Montesacro, Chávez viajó en Roma. Aquel mismo día en un diario italiano salió un artículo sobre el viaje de Sarte y de Beauvoir a Cuba en el año 1960. Sartre encontrando el Che comentó que la cubana fue una revolución “hecha por niños” (el líder máximo Fidel tenía 30 años de edad). Para Sartre el verdadero conocimiento no puede que pasar por la empatía. Cuando Chávez encontró allá los participantes italianos al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que en el año 2005 tuvo lugar en Venezuela, recordó aquel mismo viaje de Sarte a Cuba subrayando el papel protagónico de la juventud.

Así era Chávez, pura empatía con lo que vive, para conocer de verdad, cuando viajaba tenía que estar en estrecha relación con lo que vivía, tenía que leer los periódicos locales, hablar con el pueblo y así transoformarse transformando. Chávez nos ensenó que no existen “teorías precocidas” dogmáticas que se puedan imponer a dedo a la realidad concreta. Como Fidel, el Che, Gramsci y Bolívar, el Comandante Chávez es un hombre universal.

Ciro Brescia, AlbaInformazione, Nápoles – Italia