ISB honra la vida y el legado de Don Pablo González Casanova

Su compromiso con los pueblos y su convicción de que podemos construir un mundo mejor, siempre fue la fuente de su fortaleza

El Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos extiende sus más sinceras condolencias a familiares y personas allegadas al gran intelectual mexicano, Don Pablo González Casanova.

Incansable defensor de las causas justas en México y en toda Nuestra América, Don Pablo manifestó siempre su comprensión y solidaridad a la Revolución Bolivariana. Sus aportes en el campo de la sociología, de la historia y de las ciencias sociales en general, sin duda fueron transformadores para toda nuestra región y para generaciones que han alzado sus voces contra el imperialismo y contra la globalización neoliberal.

Su compromiso con los pueblos y su convicción de que podemos construir un mundo mejor, siempre fue la fuente de su fortaleza. Nos deja un rico legado de obras creadas, investigadas y escritas desde la coherencia y la honestidad.

Desde Venezuela, asumimos el compromiso de honrar su legado inspirador y defender, como él, las causas justas de la humanidad. ¡Hasta siempre, profesor y compañero!

Encuentros Nacionales sobre Reparaciones de la Esclavitud y Colonización se realizarán hasta noviembre

Los proyectos presentados forman parte de las acciones emprendidas por el gobierno del Presidente Nicolás Maduro para cumplir con los mandatos del Decenio Afrodescendiente propuesto por las Naciones Unidas, suscrito por Venezuela.

Un Ciclo de Encuentros Nacionales en Materia de Reparaciones de la Esclavitud y la Colonización de los Pueblos Afrodescendientes Venezolanos, se realizará hasta el mes de noviembre de este 2023 como parte del seguimiento que realiza el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (MinCyT), el Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos, el Centro de Estudios de Transformaciones Sociales del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y el Fondo Nacional de Ciencia Tecnología e Innovación (FONACIT).

El primer encuentro se realizó el pasado 11 de abril de 2023, en la sede del MinCyT, con la presencia de tres de los y las representantes de  algunos de los proyectos seleccionados. Ellos y ellas presentaron los marcos teóricos que sustentan sus ejes de investigación, los cuales fueron planteados tras la realización del Seminario Internacional sobre Reparaciones de la Esclavitud y la Colonización, el año pasado.

En total se construyeron 19 líneas de investigación y se aprobaron veintiséis proyectos tras una ardua evaluación sobre su pertinencia y calidad, para atender y dar respuesta a temas vinculados con las reparaciones de la esclavitud y la colonización.

Dichos proyectos forman parte de las acciones emprendidas por el gobierno del Presidente Nicolás Maduro para cumplir con los mandatos del Decenio Afrodescendiente propuesto por las Naciones Unidas, suscrito por Venezuela.

José Julián Villalba, Director General de la Oficina del Conocimiento Aplicado de la Ciencia y Tecnología del MinCyT, afirmó que desde este organismo del estado se traza una “política fundamental de apoyo a estas líneas de trabajo en el marcó de sus políticas de investigación. Se está lanzando una nueva convocatoria que tiene que ver con la verdad histórica del periodo colonial, que está en marcha en estos momentos”.

Comentó que los proyectos financiados abordan una diversidad de temáticas que pasan por la música, la religión, la lengua, la danza, las semillas, la proyección internacional, los cálculos econométricos de las reparaciones, proyectos locales, entre otros.

Por su parte, Guillermo Barreto, director académico e investigador del ISB, afirmó que las líneas de investigación son producto del acuerdo, el debate y la discusión de quienes han asumido las diversas convocatorias planteadas por los entes organizadores.

“Hay un factor importante y es desde la misma construcción de las líneas de la metodología y de cómo se está planteando el desarrollo de los proyectos. Esto no es común, que se reúnan los responsables de proyectos y compartan con todo aquel que está interesado. Estamos formándonos, estamos generando una gran red de investigadores e investigadoras interesados en este tema de las reparaciones y solo hacerlo es una gran reparación y lo estamos logrando”, afirmó Barreto.

De los tres primeros proyectos y sus enfoques

Este ciclo de encuentros contó con la asistencia de Diógenes Díaz quien expuso sobre el trabajo que está desarrollando denominado “Reparaciones afro-epistemológicas: antología de estudio de intelectuales y referentes afrodescendientes en la construcción de una epistemología cimarrona en Venezuela”.

Durante la presentación metodológica de su estudio, Díaz precisó que su proyecto tiene la intención de organizar todo los referentes de estudio que han existido en Venezuela sobre el tema afrovenezolano. “No tiene sentido construir políticas si no tenemos claro cómo Venezuela ha pensado la presencia africana”, detalló.

En tal sentido, tomará en cuenta para la construcción del pensamiento crítico social varios autores que abordaron la temática afro en Venezuela, el contexto histórico-político desde el cual hicieron sus aportes y las fuentes teóricas de cada uno.

Agregó que en el proceso de sus estudios se percató de que en Venezuela no hubo investigaciones de base marxista sobre los temas afro, lo que se tradujo en la ausencia de investigaciones en el campo de las ciencias sociales sobre esta temática.

Por otro lado, los investigadores Susana Méndez y Steve Regis Kovo N’Sonde dieron a conocer la perspectiva de su trabajo titulado “Hacia una historia cultural y filosófica de la diáspora koongo entre otras civilizaciones del Congo en Venezuela y el Caribe”.

Mendez explicó que para este proyecto estudiaron y revisaron “ciertas descripciones que hacía Juan Pablo Sojo (pionero de los estudios afrovenezolanos) en sus cuentos, en ceremonias y cantos de Curiepe” para así realizar una reconstrucción histórica, cultural y filosóficas sobre la diásporas del Congo en Birongo.

La metodología estará enfocada a estudiar la influencia de las misiones y de los mercantilistas en la trata, y la memoria. Así como las tradiciones arraigadas en cuentos y el canto como parte de un proceso de reparación.

Y finalmente, Carmen Navas Reyes y Saul Tejada, expusieron su proyecto vinculado con el aspecto de la solidaridad y el internacionalismo. Dicha línea de trabajo lleva por título “Internacionalismo Bolivariano afrodescendiente Hugo Chávez Frías”.

Navas precisó que este proyecto “es la conjugación de varios intereses y propuestas colectivas; viene de antecedentes históricos nacionales e internacionales de la diáspora africana, es un proceso colectivo”.

Agregó que buscan vincular algunas ideas y caracterizaciones sociales de las poblaciones afro en el país con lo que está viviendo el movimiento en el contexto internacional de la solidaridad; comentó que como antecedentes de este proceso tomaron como referencia la lucha del pueblo haitiano y la respuesta de los movimientos sociales afrovenezolanos “para responder el por qué en Venezuela no hay una solidaridad masiva con el pueblo haitiano?”, comentó la investigadora.

En tanto, Tejada especificó que parte de la tesis teórica que emplearán esta basada en los marxismos negros; y que, además, se propusieron la ejecución de un taller que será territorializado para hacer reconocimientos a figuras venezolanas, generar orientación sobre estos temas y llegar a los sectores más jóvenes del país.

“Tenemos tres vertientes con este abordaje: El inicial con el auto reconocimiento, la revisión individual, que involucra lo local. Luego el contexto nacional en revolución sobre la trayectoria de lucha del movimiento afro. Y el contexto internacional para generar puentes en materia de la construcción de los procesos de solidaridad, cooperación y acompañamiento”, expresó Tejada.

El próximo Ciclo de Encuentros Nacionales en Materia de Reparaciones de la Esclavitud y la Colonización de los Pueblos Afrodescendientes Venezolanos, está previsto para el mes de mayo y estará dedicada al cimarronaje, la Red de Organizaciones Afrodescendientes en América Latina y el Caribe y la configuración del cumbe nacional afrovenezolano.

Foto: Nathael Ramírez (MinCyT)

¡Continúa el legado del comandante Chávez en la lucha internacional en defensa de Venezuela y por un mundo mejor!

El liderazgo y la visión del Comandante Chávez, junto con Cuba, en la construcción de la unidad antiimperialista latinoamericana es una de las principales razones por las que el gobierno democráticamente electo del presidente Maduro y el proceso revolucionario bolivariano son ahora la mayor amenaza a la hegemonía de los Estados Unidos, después de Cuba, en el Hemisferio Occidental

El 5 de marzo de 2023 se cumplen 10 años de la siembra del Comandante Hugo Chávez. El Comandante Chávez fue un gigante en la lucha mundial de la clase obrera; en la lucha anticapitalista y antiimperialista. El fue un férreo defensor de la soberanía y autodeterminación de los pueblos oprimidos, y un líder y luchador internacionalista. Su legado sigue vivo no solo como una inspiración para la justicia social y los luchadores anticapitalistas, sino como un llamado continuo a la unidad en acción del movimiento internacional contra el imperialismo y por la liberación de todos los pueblos oprimidos.

En 1994, Hugo Chávez, un joven líder revolucionario, visitó Cuba por primera vez. Mientras hablaba en la Universidad de La Habana, expresó claramente su intención no solo de traer un cambio fundamental a los humildes, oprimidos y obreros de Venezuela, sino que también declaró que el movimiento revolucionario que encabezó estamos “empeñados en levantar una bandera ideológica pertinente y propicia a nuestra tierra venezolana, a nuestra tierra latinoamericana: la bandera bolivariana”.

10 años después, el presidente Chávez, elegido por el pueblo de Venezuela en 1998, y el presidente cubano Fidel Castro anunciaron la fundación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Le siguieron la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), junto con decenas de otros proyectos y acuerdos destinados a fortalecer la unidad latinoamericana en la lucha por acabar con la hegemonía imperialista estadounidense en el continente. Desde entonces, Cuba y Venezuela siguen marcando el camino para mostrar a los pueblos de América Latina y el mundo que existe una alternativa a permanecer bajo el dominio y la presión de los Estados Unidos.

El liderazgo y la visión del Comandante Chávez, junto con Cuba, en la construcción de la unidad antiimperialista latinoamericana es una de las principales razones por las que el gobierno democráticamente electo del presidente Maduro y el proceso revolucionario bolivariano son ahora la mayor amenaza a la hegemonía de los Estados Unidos, después de Cuba, en el Hemisferio Occidental.

El gobierno de los Estados Unidos entiende esto muy bien. Y a cambio, han impuesto un bloqueo brutal e inhumano al pueblo de Venezuela. El imperialismo estadounidense está intentando derrocar el proceso revolucionario bolivariano y revertir los tremendos logros obtenidos por el pueblo humilde, obrero y oprimido en Venezuela. Están tratando de revertir todo aquello por lo que luchó Chávez y destruir su espíritu, que vive en el pueblo de Venezuela que lucha todos los días contra los continuos ataques de Estados Unidos.

A 10 años de la siembra del Comandante Chávez, debemos ver con claridad que la continuidad del proceso revolucionario bolivariano es fundamental para lograr la derrota del imperialismo en América Latina. Defender la soberanía y la autodeterminación de Venezuela es nuestra tarea fundamental. Al estar codo con codo con el pueblo de Venezuela y el gobierno del presidente Maduro, debemos aumentar nuestros esfuerzos unidos para poner fin al bloqueo y terminar la guerra de los Estados Unidos contra Venezuela.

En palabras del Comandante Hugo Chávez: “Que ladren los perros del imperio. Ese es su papel: ladrar. El papel nuestro es batallar para consolidar este siglo, ahora sí, la verdadera liberación de nuestros pueblos.”

Viva Chávez! Viva Venezuela!

US/Canada Manos Fuera de Venezuela!

Publicado originalmente en el periódico Fire This Time, volumen 17, número 2/3. https://issuu.com/firethistime/docs/fttv17i2-3_

Alison Bodine es activista por la justicia social, autora e investigadora en Vancouver, Canadá, en el Consejo Editorial del periódico Fire This Time y coordinadora de la Campaña de Solidaridad con Venezuela del Movimiento Fire This Time por la Justicia Social. Es autora de Revolución y Contrarrevolución en Venezuela (Prensa Battle of Ideas, 2018).

Nace la Internacional Feminista con presencia de lideresas de más de 30 naciones

El feminismo popular venezolano integrará varias comisiones de trabajo para potencia grandes transformaciones en materia social, política, económica, entre otras

Ciudad de México fue la sede para el nacimiento de la primera Internacional Feminista, espacio que contó con la asistencia de más de treinta mujeres de mas de cincuenta países del mundo, con la visión y misión de un proyecto democratizador, antirracista, anticapitalista y de clase, como bien establecen en su manifiesto fundacional.

Los debates tuvieron lugar los día del 30 de marzo al 01 de abril de este 2023. Entre sus principales voceras y fundadoras esuvieron: Anahí Durand, ex Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables en México; Antonia Orellana, Ministra de la Mujer y Equidad de Género en Chile; Citlalli Hernández, política feminista mexicana; Eli Gómez, abogada argentina; Gabriela Rivadeneira, ex presidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador; Gabriela Montaño, ex presidenta de la Cámara de Senadores de Bolivia; Irací Hassler, Alcaldesa de la Comuna de Santiago de Chile, entre otras.

Por Venezuela asistió una nutrida delegación de feministas y activistas venezolanas, encabezadas por la Ministra del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género, Diva Guzmán.

Organizarnos para movilizarnos

“El Feminismo Popular Venezolano tiene dentro de sus principios, que ordenó nuestro Comandante Hugo Chávez, el internacionalismo, la solidaridad entre los pueblos; vernos siempre en clave de Patria Grande pero también en clave de humanidad», comentó Laura Franco, integrante de la Plataforma de Feminismo Popular Venezolano.

En este sentido, la también Directora de Intercambio y Cooperación del Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos (ISB), expresó que la Internacional Feminista «es un espacio clave en este momento para difundir las ideas, la experiencia y los aportes que las mujeres y el gran movimiento de masas del Feminismo Popular Venezolano pueden hacer en este momento en donde la humanidad atraviesa grandes dilemas».

Franco refirió que en una de las mesas de trabajo se abordó como experiencia venezolana el tema de la vida colectiva, comunal, territorial y comunitaria, donde el liderazgo, la movilización y organización de la estructura orgánica está a cargo de mujeres.

«Consideramos muy importante este momento porque además de romper con el método que nos impone el bloqueo -que no solamente es económico y financiero sino también politico, informativo-mediático- ha sido una extraordinaria experiencia para mostrar, frente a compañeras del mundo, lo que el Feminismo Popular Venezolano ha sido capaz de hacer durante estos últimos veinte años. La lucha que nosotras nos planteamos siempre es en función de ver el horizonte del socialismo feminista,» dijo la activista venezolana.

Precisó que la delegación venezolana -constituida por nueve compañeras que han ocupado y ocupan espacios en la política nacional y cargos de responsabilidad- hicieron aportes muy significativos.

«En cada una de las mesas tuvimos la oportunidad de participar; pero lo que mas nos emociona es que las feministas populares venezolanas que nos hicimos presente en este encuentro podremos formar parte de la estructura orgánica en distintas comisiones de trabajo que se crearon», mencionó.

Dichas espacios de trabajo son: la Comisión de Ministras y Ex Ministras; Comisión de Legisladoras; Comisión de Movimientos Sociales; Comisión de Comunicaciones, entre otros espacios.

Asimismo, expresó que la plataforma feminista venezolana presente valoró los temas centrales del encuentro, los cuales versaron sobre: la lucha feminista contra el neofacismo; el feminismo popular, sus apuestas organizativas y experiencias; la despatriarcalización del estado, la sociedad y los partidos políticos; y las luchas interseccionales.

«Está muy claro desde dónde se posiciona la Internacional Feminista. Todas las lideresas que fueron convocantes, las mujeres fundadoras que tuvieron la oportunidad de dirigirse a todas las presentes,, siempre ratificaron que la Internacional Feminista es un espacio donde la lucha de clase está presente, nos posicionamos desde el antiimperialismo, desde el anticolonialismo, anticapitalismo; es decir desde una trinchera bastante revolucionaria», explicó la integrante de la plataforma feminista venezolana.

Al final del encuentro se emitió un documento que sustenta las acciones principales de lucha y posicionamiento ante el mundo. La consigna principal se sustenta en: «Organizarnos para movilizarnos y ocupar todos los espacio de la sociedad».

Laura Franco consideró que estas acciones deben servir para impulsar grandes transformaciones en el mundo.

«El Feminismo Popular Venezolano tiene muchísimos desafíos por delante; creemos que esta articulación internacionalista nos lleva a abrazar unas agenda de lucha global donde las principales banderas de lucha de las mujeres transversalizan a todos nuestros países, a todas nuestras realidades; al final de cuentas luchamos por una igualdad sustantiva, porque el reconocimiento de todos nuestros derechos y por dar saltos cualitativos en la calidad de vida de las mujeres. No podemos dejar atrás a ninguna», finalizó.

Mohammad Marandi apuesta a la descolonización para derrotar medidas coercitivas unilaterales de EEUU

El vicerrector de la Universidad de Teherán fue el invitado de honor en los Diálogos Antiimperialistas que desarrolla el Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos

El Dr. Mohammad Marandi, vicerrector de la Universidad de Teherán, República Islámica de Irán, fue el invitado de honor en los Diálogos Antiimperialistas que desarrolla el Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos (ISB). Este espacio para el debate y la reflexión tuvo lugar en el Salón Sucre de Casa Amarilla bajo el título “Sanciones como herramientas del imperialismo”.

Durante el conversatorio, realizado el pasado 30 de marzo, Marandi expuso los efectos y el impacto de las medidas coercitivas y unilaterales ordenadas por Estados Unidos contra el pueblo iraní y su gobierno. Además, aprovechó para contextualizar sobre las similitudes con la agresión que vive la República Bolivariana de Venezuela, desde que fue catalogada como una amenaza inusual y extraordinaria por el expresidente estadounidense Barack Obama.

Hay muchas similitudes entre la experiencia iraní desde la Revolución y la experiencia que los hermanos han tenido en América Latina. En Estados Unidos, por lo general, la relación entre Irán y los países se define en función de la toma de la embajada; es decir, la historia se desarrolla y se explica de manera conveniente en Occidente, y esto es muy parecido a lo que ocurre en su país. La realidad es que las sanciones en contra de Irán comenzaron mucho antes de la toma de rehenes; comenzó en los cincuenta cuando el gobierno nacional de Mosaddeq nacionalizó el petróleo”, explicó.

Especificó que, en aquel momento, la estrategia iniciada por Gran Bretaña fue la imposición de fuertes sanciones contra la nación persa para evitar que exportara petróleo; esta agresión se potenció con un golpe de estado ocurrido en 1953.

“Ellos desmovilizaron el país y capitalizaron con la ignorancia de muchísimas personas en Irán. Una de las fallas con Mosaddeq (ex Primer Ministro) es que él confió en Estados Unidos; pensó en Estados Unidos como una entidad anticolonial, como una revolución de liberación. Ese respeto por Estados Unidos por parte del gobierno fue lo que llevó a su caída”, afirmó el catedrático.

En este sentido, Marandi precisó que como respuesta a estas agresiones Irán gestó una rebelión que marcó un giro importante en el país para frenar la represión occidental y concretar la justicia social. Sin embargo, recordó que en los años ochenta y noventa la situación empeoró.

“Muchos revolucionarios en Irán que eran anticapitalistas y antiimperialistas cambiaron, se transformaron en élites pro occidente; esta revolución que ocurrió en Irán no fue el momento definitorio en la relación con Estados Unidos; el momento importante fue cuando se tomó la embajada; esto ocurrió porque Estados Unidos quería dar un golpe al gobierno existente y hacer que los partidos políticos tomaran el poder, un poco lo que ha ocurrido con Venezuela”, comentó el profesor universitario.

Marandi también recordó que la política injerencista de Washington incluyó el espionaje contra Irán, así como la protección del Sha Reza Khan. Esto generó un levantamiento popular que rechazó las agresiones contra la soberanía nacional.

“El gobierno de EEUU estaba apoyando al Sha y lo acogió; un hombre que había matado a cientos de personas en la calle y que había reprimido a la población desde que el primer ministro Mosaddeq cayó; por eso se tomó la embajada, para protestar contra el hecho de que EEUU estaba albergando a un dictador, a un asesino. Fue en ese momento que las sanciones contra Irán comenzaron, hace más de 40 años”, explicó el investigador.

Recordó que históricamente la hegemonía occidental utiliza y potencia grupos extremistas para promover sus políticas contra naciones soberanas, tal como ocurrió en Nicaragua con la presencia de los Contra, y en Afganistán con el régimen Talibán.

“Luego del 11 de septiembre Irán cooperó con EEUU para tumbar la presencia de Al Qaeda en Afganistán. Después de ello Irán fue considerado como parte del ´Eje del Mal´, a pesar del hecho de que apoyamos a EEUU en esta materia esto no cambió su política; siguieron aumentando las sanciones contra Irán”, dijo Marandi.

La reelección de Mahmud Ahmadineyad en 2009 marcó otro punto de discordia con Washington. Esta vez el argumento era el supuesto fraude electoral y el desarrollo de un programa nuclear que generó la ejecución de nuevas sanciones contra el país. “Hay que recordar que en ese momento países como China y Rusia eran más débiles. Pudieron imponer sanciones a través del Consejo de Seguridad utilizando el Programa Nuclear como una excusa”, expresó.

Descolonización para vencer al imperialismo

Tal como en el caso venezolano, la presión máxima contra la nación islámica se desarrolló durante el gobierno del expresidente Barack Obama; esta situación tuvo continuidad en el gobierno de Donald Trump.

“Obama impuso sanciones máximas en contra de Irán. Ese fue el comienzo de una nueva fase de sufrimiento”. De tal manera que el pueblo vio mermada su capacidad para atender problemas de salud por falta de medicamentos; la capacidad de sostener un empleo mermó y, como refiere Marandi, “muchas familias fueron destruidas debido al sufrimiento”.

Aún cuando el pueblo iraní y su gobierno trazaron líneas de acción para superar las dificultades que acarrean las medidas coercitivas, un nuevo hecho haría que las sanciones fuesen cada vez más agresivas: la firma del Plan de Acción Integral Conjunto sobre el programa nuclear, lo que a juicio de Marandi fue un grave error.

“Pensamos que las cosas iban a volver a la normalidad. En vez de continuar con los progresos que se hicieron durante las sanciones dejamos de lado los avances; incluso a las nuevas empresas de China, que trabajaban con el petróleo y el gas iraní, los dejamos de lado, esperando que los occidentales regresarán. Nunca lo hicieron. Obama no regresó. EEUU nunca aplicó el Trato Nuclear. El Banco Central de Irán nunca pudo enviar dinero al extranjero. Luego vino Trump y reinició las sanciones máximas”, especificó el profesor universitario.

La situación tampoco mejoró con la llegada al poder de Joe Biden, pese a que durante su campaña prometió que retiraría las sanciones contra esta nación.

“Nuestra historia con EEUU ha demostrado que siempre utilizan una palanca. Nunca van a abandonar la presión; no van a mostrar buena voluntad; ejercen más presión sobre la gente. A pesar de que la vida es difícil, y también lo es para los venezolanos (…) a EEUU le da miedo porque un modelo alternativo en Venezuela, en Irán o en cualquier otra parte, es algo que socava la hegemonía occidental, descoloniza las mentes”, precisó.

Por tal motivo, para Marandi es fundamental que la visión del mundo sea descolonizada, que rompa con la imposición supremacista estadounidense y eurocéntrica.

“Creo que Estados Unidos está en decadencia. Está luchando en muchos frentes y países como Irán y Venezuela -que han sobrevivido las sanciones- han abierto el camino para que otros países lo confronten. Sin la revolución venezolana ustedes no hubieran podido ver los cambios que hoy se observan en América Latina. Sin la resistencia de Irán no veríamos a EEUU alejándose de la región. Hay un elemento que sigue presente es la descolonización de la mente. Hay que pensar en cómo crecer, cómo desarrollarnos; no solamente utilizando nuestros propios modelos sino viendo más allá de Occidente. Ampliar nuestra cooperación Sur – Sur de manera tal que los países occidentales tengan menos poder. Reconocer que nosotros no necesitamos ser educados en Occidente. Ese momento ha llegado. Creo que entramos en una nueva era, una era peligrosa, donde el mundo va a ser más peligroso. Esas sanciones van a ser cada vez más incapaces de impedir nuestro progreso y en cierta manera nos van a permitir saltar hacia adelante”, finalizó Marandi.

El Dr. Mohammad Marandi se encuentra por primera vez de visita en Venezuela atendiendo la invitación del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, y compartiendo sus experiencias con el pueblo y representantes del ejecutivo nacional.

Caracas, un 5 de marzo de 2013, a las 4:25 de la tarde…

Ese día, nosotros recordaremos «el espíritu del carnicero»… este espíritu rebelde, independiente, irreverente. Esta identidad política colectiva, que en Venezuela también llaman… el espíritu de Chávez.

Caracas, el 5 de marzo de 2013, hacia las 3:30 de la tarde, mi compañera y yo habíamos ido al Parque del Este, la mayor zona verde de la ciudad, situado como su nombre lo indica, en el este de la capital venezolana, en pleno corazón de un islote territorial donde se concentran las clases más adineradas del país. Habíamos ido a caminar y descansar un poco, ya que las últimas semanas habían sido especialmente penosas para nosotros y para la mayoría de los venezolanos.

El cáncer del Presidente Hugo Chávez tenía el país en vilo, y todo el mundo estaba pendiente de los esporádicos anuncios de Ernesto Villegas, el entonces ministro de Comunicación, que informaba a los ciudadanos del estado de salud del Comandante. Estos anuncios nacionales, eran retransmitidos en directo por todas las cadenas del país y daban lugar a intensas reacciones y rumores que nos ponían bajo presión.

Una vez terminado el paseo, a la 4:15 nos adentramos en el hipermercado que esta frente a la entrada principal del parque para hacer algunas compras. Debido a su posición geográfica, este templo del consumo parece haber sido hermético a los cambios sociales iniciados por Hugo Chávez. Este supermercado es incluso un símbolo de la historia colonial de Venezuela. Aquélla que, combinada a los años de neoliberalismo feroz de los años 90, condujo al advenimiento de la Revolución Bolivariana.

Las cajeras, los empacadores de las compras de los clientes, los empleados de los estantes, de la quesería, de la cafetería o de la carnicería son todos de las clases populares, tienen la piel obscura como «su» presidente Chávez. Los clientes, en su gran mayoría, son blancos y ricos, y no dejan de hacer de su opulencia un acto de proselitismo. La meritocracia, tan alabada por estos mismos clientes, se detuvo en las puertas del supermercado, aunque se encuentra justo a 10 minutos de uno de los más grandes barrios de América Latina.

Son las 4:29, y llegamos al mostrador de la carnicería. Detrás del empleado que se ocupa a cortarnos las chuletas, tres teles están conectadas a una cadena privada que difunde un programa de variedades. Son las 4:40 cuando la emisión se interrumpe abruptamente para dejar espacio al genérico de las cadenas nacionales. Todos los clientes del supermercado acudan entonces en masa al mostrador de la carnicería para saber lo que se va a decir.

No hay necesidad de esperar mucho tiempo. La primera imagen basta. No es Ernesto Villegas que está delante del micro. Es el vicepresidente y sucesor declarado, Nicolas Maduro, vestido con guayabera blanca y rodeado de las altas instancias políticas y militares de la Revolución. Incluso antes de que comience a hablar, su rostro traiciona la trágica noticia. Luego, con una voz enronquecida por una emoción que no llega a contener, Nicolas Maduro anuncia lo que la mayoría de los chavistas, la mayoría de nosotros, se negaba a imaginar: «Recibimos la información más dura y trágica que podamos transmitir a nuestro pueblo. A las 4:25 de la tarde de hoy 5 de marzo ha fallecido el comandante presidente Hugo Chávez Frías…»

Delante de la pantalla, es un mundo que se derrumba. Mi compañera y yo estamos físicamente petrificados, en estado de choque, incapaces de decir nada. Y fue él quien nos sacó de nuestro letargo.

Él, era el carnicero. Un joven tipo, de 25 años, de la generación que creció con Chávez pero que también conoció cómo era antes el país. El tinte oscuro de su piel nos indica su condición popular y su identidad política. Detrás del mostrador de la carne, grita a los clientes acumulados delante de las pantallas de televisión: «Ustedes, los burgueses, si creen que la Revolución va a detenerse porque el Comandante murió, se quedarán esperando por mucho tiempo, no joda ¡Viva Chávez!».

Su grito salido del alma tuvo el mérito de hacernos despertar de nuestro letargo. Olvidémonos de las compras. Tenemos que llegar lo antes posible a casa, en el oeste salvaje de la capital, tenemos que estar con los nuestros. En los barrios populares, al anuncio de Nicolas Maduro respondió un clamor espontáneo, como los que normalmente acompañan un gol de la Vinotinto, el equipo nacional de fútbol o un homerun en un clásico de béisbol Magallanes-Leones. Pero esta vez era un grito de tristeza que salió al unísono de las ventanas de los ranchos, las viviendas de los barrios populares.

Con gran dificultad, logramos encontrar un taxi en esta zona donde normalmente pululan. Ni un ruido en el coche. El chofer, mirando nuestros rostros y nuestros ojos empañados de lágrimas, nos dice: «Soy chileno. Vine a Venezuela para huir de la dictadura de Pinochet. Sé lo que sienten. Ustedes acaban de perder su Allende…».

Nos deja en la Plaza Bolívar donde afluyen miles de «nosotros», llegando ahí para colectivizar la tristeza y el desconcierto, demasiado pesados para cargar individualmente. Esa noche fue muy larga…

Siempre me pregunté en que se habría convertido el carnicero después del 5 de marzo de 2013. Escupir su identidad de clase sobre el rostro de los clientes de la otra clase, la que según Warren Buffet, está ganando la lucha, fue a pesar de todo un sagrado acto de valentía política. Me imagino que esto ciertamente provocó su despido. Intenté incluso durante un tiempo encontrarlo, para que fuera él quien contara esta anécdota en mi lugar. En vano.

Hoy, varios años después, sé dónde se encuentra. O más bien sé que «el espíritu del carnicero», el de este muchacho rebelde es la marca de una identidad política colectiva que se construyó tanto en la práctica revolucionaria cotidiana como en la oposición a esta élite que pretende retomar el control del país.

A pesar de los intentos de golpe de Estado institucional y de «revoluciones» de color, a pesar de las ofensivas diplomáticas de los USA y de sus lacayos del Grupo de Lima o de la Unión Europea, a pesar de las operaciones psicológicas para socavar la moral de los chavistas, a pesar de la guerra no convencional y las incursiones de paramilitares extranjeros, a pesar del bloqueo criminal, de la especulación contra el Bolívar, del contrabando de productos de primera necesidad – síntomas de una guerra económica que se asume como tal –, a pesar del cielo que la contrarrevolución intenta hacer caer sobre la cabeza de los venezolanos, “el espíritu del carnicero” corre aún por las calles de Venezuela. Y el chavismo sigue siendo insumiso a la voluntad de esta élite que, para reconquistar sus privilegios políticos, no duda ya en destruir todo el país.

Allí donde muchos habrían tirado la toalla ante tanta adversidad, los venezolanos siguen resistiendo. Siguen exigiendo el respeto de su soberanía y afirmando su voluntad de solucionar sus problemas internos como les parezca, con los dirigentes que eligieron libremente.

Hoy, este pueblo rebelde necesita toda la solidaridad de aquellos que defienden una alternativa al desastre neoliberal. En la trinchera del frente, están bastante bien organizados. Cualquiera que fuera su etiqueta política del momento, todos están en sintonía para denigrar a la Revolución Bolivariana, diabolizar al Presidente Maduro, replicar las mentiras mediáticas, y hacer pasar a las víctimas por verdugos. Si ellos lo hacen tan bien, entonces nosotros también podemos y debemos hacer oír nuestra voz.

Debemos apoyar la lucha actual de los venezolanos ya que es también la nuestra. O más bien, ella prefigura lo que tendremos que afrontar cuando un gobierno progresista, en ruptura con el dogma neoliberal, gobernará nuestros países. Ese día, nosotros recordaremos «el espíritu del carnicero»… este espíritu rebelde, independiente, irreverente. Esta identidad política colectiva, que en Venezuela también llaman… el espíritu de Chávez.

Romain Migus (2018)

Traducido del francés por Maria Piedad Ossaba, por La Pluma y Tlaxcala

Hugo Chávez y la patria como legado

Los poderes imperiales no perdonarán nunca al montuno. Hoy sostienen una guerra contra Venezuela en su empeño por liquidar el legado de aquel irreverente plebeyo

Hugo Rafael Chávez Frías ganó las elecciones presidenciales de 1998 en Venezuela. Su triunfo despertó angustias: un militar rebelde, expulsado de la institución por sublevarse; pobre, llanero con sangre indígena y negra llegaba al gobierno de esa importante nación petrolera. La zozobra se aplacó pronto. La poderosa configuración del Estado venezolano, que había sobrevivido a la rebelión popular antineoliberal de 1989 y había aplacado dos conatos de golpe de Estado en 1992, seguramente lo pondría en orden. Pero Chávez les salió montuno.

Nacido en Barinas en 1954, su sueño de ser pelotero lo llevó a la Academia Militar en los tiempos de una reforma castrense nacionalista. En el ejército vivió las contradicciones más profundas de su país. Allí nació su voluntad de poder. Prefiguró diversos caminos para conquistarlo. Pensó en alistarse a la guerrilla. Luego, el 4 de febrero de 1992, intentó una insurrección militar. Fracasó y fue encarcelado. Su derrota, sin embargo, despertó en el pueblo el sueño de que las cosas podían cambiar. La protesta social ayudó a que saliera de prisión. Volvió a pensar en la lucha armada como la vía más eficaz de acceso al poder. Pero analizó que el costo humano sería altísimo. Con el elemento militar siempre presente, redefinió su estrategia: construyó un movimiento social-electoral para ganar la presidencia. Recuperó la tradición patriótica y rebelde en un programa político que puso en el centro la convocatoria a una asamblea constituyente para la refundación de Venezuela. Su apuesta en la vía constituyente pretendía expropiar procesalmente el poder de los poderosos para dárselo al pueblo. La nueva Constitución fue aprobada el 15 de diciembre de 1999. Fue apenas el comienzo de la autodenominada revolución bolivariana.

Chávez rompió las reglas del juego político y se conectó con las formas rebeldes de hacer política popular en la calle. Consciente de que la crisis política se agudizaba con los cambios de su gobierno, asumió profundizar la polarización social para fortalecer el polo de los dominados, explotados y oprimidos. Dio vida a una nueva noción de patria que tuvo como marca de nacimiento, en abril de 2002, el haber derrotado un golpe de Estado, orquestado por la oligarquía y Estados Unidos, en menos de 72 horas.

El pensamiento de Simón Bolívar, junto al de Ezequiel Zamora y Simón Rodríguez, fue el basamento del cambio cultural dirigido desde el poder del Estado. Con base en fibras hasta entonces invisibles, hizo florecer las potencias creadoras de un pueblo subestimado por la contracara del derroche propio de la dinámica rentista petrolera. Junto con el bolivarianismo, el cristianismo popular nutrió el proyecto. Con la agudización de la lucha de clases y el choque con el imperialismo, la revolución se planteó transitar su propio camino al socialismo del siglo XXI.

Chávez concibió que las reformas y la revolución no eran necesariamente antagónicas. Se empeñó en usar la concentración de poder del Estado para desbaratarlo y construir organización popular autónoma. Bajo esa lógica creó los Círculos Bolivarianos y las Misiones Sociales. Luego apostó a la creación de cooperativas. También creó las Milicias Bolivarianas. En sus últimos años abundó en la radicalidad con su propuesta de organización comunal expuesta en su discurso Golpe de Timón.

Chávez alteró la geopolítica mundial. A través de PetroCaribe planteó romper con el dominio de Estados Unidos sobre la zona. Fue artífice de la derrota del Área de Libre Comercio de las Américas en 2005. Con Cuba, impulsó una nueva forma de relación entre países a través de la Alternativa Bolivariana para las Américas y favoreció el surgimiento de gobiernos progresistas en la región. Reactivó la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Rompió con la unipolaridad de la Unión Europea-Estados Unidos a través de acuerdos con China, Rusia, Irán, entre otros, para multicentrar la política. Rechazó y condenó la guerra en Medio Oriente. Se solidarizó con todas las luchas de los países oprimidos.

Condenado y tergiversado a escala mundial por haberse aferrado a repartir el poder entre los más humildes, Chávez murió el cinco de marzo de 2013 atacado por un feroz cáncer. Su última alocución pública, el 8 de diciembre de 2012, se convirtió en una especie de testamento político. En ella mandató a los actores claves de la revolución a que cuidaran la patria “Porque somos revolucionarios, somos socialistas, somos humanos […] pero en esencia patriotas”. Los poderes imperiales no perdonarán nunca al montuno. Hoy sostienen una guerra contra Venezuela en su empeño por liquidar el legado de aquel irreverente plebeyo. Sin embargo, él sigue andado por esas tierras en un proyecto que sostienen millones de patriotas.

Magdiel Sánchez Quiroz, Filósofo

Texto publicado en La Jornada (México)

Carta de la Comisión Nacional de Organizaciones Sociales del Uruguay, a diez años de la siembra del Comandante Chávez

Está y estará en la vida de cada hombre nuevo, de cada trabajador de cada estudiante, de cada mujer en lucha por sus conquistas

Compañeros del INSTITUTO SIMÓN BOLIVAR.

Compañeros Revolucionarios Bolivarianos, son consecuentes en la búsqueda de la Reflexión, la Unidad y la Acción Revolucionaria cuando convocan a recordar la Siembra que seguramente mucho después que el transcurso de nuestras vidas será un hito de la Humanidad .

Desde Montevideo ,CO.N.O.S.UR (Comisión Nacional de Organizaciones Sociales del Uruguay) quiere sumarse expresamente al acontecimiento. Con las palabras y con los hechos.

Hugo Chávez Frías demostró el verdadero internacionalismo, la solidaridad con los gobiernos hermanos y los pueblos sometidos. En el momento que se derrumbaba el campo socialista, Chávez no se quedó en lamentos. Trabajó con su pueblo, con su ejército, con los países hermanos, devolviéndonos en la teoría y, sobretodo en la práctica, la confianza en el triunfo y una manera clara, sin ambigüedades, de encarar la lucha contra el imperialismo y las oligarquías a su servicio, que comprendieron que ese hombre no tenia precio. Que ese hombre era valiente y llegaba al cerebro y el corazón del pueblo venezolano, y que juntos transitaban hacia la victoria. Siempre consecuente, sencillo, fraterno y muy sabio , dio los pasos necesarios para que vuestro país, y todos los países del continente y del TercerMundo confiemos «Que otro Mundo es posible».

Desde nuestro país nosotros siempre seguimos con ustedes. Por supuesto también en cada reunión, asamblea, o el enorme orgullo de estar a vuestro lado en febrero de 2019, el día que el imperio y sus cipayos intentaron invadirlos. Como en todos estos 10 años, firmes, continuando la obra de Chávez. Con dificultades, con bloqueo, con robos, en todos los intentos fracasaron. Se les demostró que Chavez no estaba solo en el Cuartel de la Montaña. Está y estará en la vida de cada hombre nuevo, de cada trabajador de cada estudiante, de cada mujer en lucha por sus conquistas. Estará respaldando a vuestro dignísimo gobierno. HASTA LA VICTORIA. VIVA CHAVEZ.

Por CO.N.O.S.UR: Julio Faravelli( presidente)

La vision du Président Hugo Chávez pour le Mali

Pour Chávez, la pénurie de pétrole est un frein au développement du Mali. Son approvisionnement passe par des sociétés intermédiaires qui polluent les marchés africains du pétrole. Selon lui, cette façon de faire relève du capitalisme, un système pervers que son pays n’accepte pas. Il a donc décidé de traiter directement avec le Mali

Chávez, symbole du socialisme latino-américain, militaire formé politiquement et idéologiquement, militant révolutionnaire, internationaliste, anti-impérialiste, défenseur intrépide des classes opprimées, anti-Yankee, combattant pour la libération politique et le développement économique des pays du Sud, a eu un parcours héroïque qui doit aujourd’hui servir de leçon à toutes les forces progressistes dans la lutte contre l’impérialisme.

Chávez est né à Sabaneta, Venezuela, le 28 juillet 1954, décédé le 5 mars 2013.

Chávez était un leader charismatique et un excellent orateur. Il a réussi à rassembler les forces progressistes du Venezuela dans un cadre structuré et organisé (Mouvement de la Ve République en 1997 et par la suite, c’est-à-dire 10 ans plus tard, a su se transformer en un Parti dénommé Parti Socialiste Unifié du Venezuela).

Élu président de la République socialiste bolivarienne du Venezuela en 1999, Chávez a mis en place un modèle de développement basé sur le socialisme scientifique adapté aux réalités du moment, ainsi, on a parlé de « socialisme du 21e siècle ». Hugo Chávez a considérablement réduit les inégalités sociales dans son pays.

Chávez a été le principal artisan de la révolution bolivarienne qui a redonné au Venezuela sa place dans le monde. À la suite de cette révolution, l’Union bolivarienne des peuples d’Amérique est née, une organisation travaillant pour l’Union des États américain et caribéen. Par ailleurs, Chávez a également renforcé la coopération entre les pays du Sud, notamment (Amérique latine, Caraïbes et Afrique).

À travers le projet de création de l’Institut stratégique pour l’Afrique et sa diaspora (Centre des Savoirs Africains), Chávez s’est engagé dans le développement et dans la diffusion des échanges culturels afin de promouvoir des relations de solidarité avec les pays africains et leur diaspora.

La vision du commandant Hugo Chavez pour le Mali

Sous la direction de Chávez, la coopération entre le Mali et le Venezuela en septembre 2003 promettait un avenir meilleur. Il repose essentiellement sur la solidarité et l’entraide pour favoriser le développement économique.

Il a été convenu entre le Mali et le Venezuela de supprimer des visas pour les titulaires de passeports diplomatiques ou de service et d’ouvrir une liaison aérienne directe entre les deux pays. Pour soutenir les projets de coopération discutés, la Banque de développement économique et social du Venezuela devrait ouvrir un bureau à Bamako.

En réponse aux effets néfastes de la mondialisation sur l’économie du Sud, Chavez a envisagé la création d’une commission du pétrole (PETROSUR), d’une compagnie de télévision du Sud (TELESUR), d’une banque du Sud et d’une université du Sud.

Il a construit des logements sociaux à Tabacoro, au Mali, avec un groupe scolaire bien équipé et un complexe sportif. Et la cité porte le nom de Simone Bolivar à la demande expresse de Chavez.

Pour Chávez, la pénurie de pétrole est un frein au développement du Mali. Son approvisionnement passe par des sociétés intermédiaires qui polluent les marchés africains du pétrole. Selon lui, cette façon de faire relève du capitalisme, un système pervers que son pays n’accepte pas. Il a donc décidé de traiter directement avec le Mali. Pour faire le pari gagnant, il a proposé la création d’une compagnie pétrolière publique au Mali.

En août 2006, Hugo Chávez a déclaré à Bamako : «Je donnerai au Mali 100 millions de dollars de produits pétroliers par an et je ne veux pas de paiement en argent. Je ne veux même pas que vous disiez merci«, il poursuit «Mais j’ai besoin de vos produits minéraux comme la bauxite, l’or et les engrais, et le reste aidera votre combat contre la pauvreté«. Il a annoncé la disponibilité de 500 000 dollars et a promis un fond supplémentaire de 10 millions de dollars. Il a promis d’acheter le coton malien sans intermédiaire et a proposé de créer une société pour vendre ce produit.

Le président Hugo Chávez a annoncé qu’une équipe de prospection pétrolière vénézuélienne doit arriver au Mali : «Nous allons venir faire la prospection au Mali pour que le pétrole malien devienne l’instrument de développement du Mali» 

Que reste-t-il de cette vision du président Chavez pour le Mali ?

Respect au président Chávez.


Ibrahima KÉBÉ Tamaguidé, Association politique Faso Kanu Membre du FRAA

i.kebe@ymail.com   

Hugo Chávez e a revolução espiritual

Com o presidente Chávez, aprendi que a única motivação possível para qualquer engajamento político é o Amor Social e este só se explica pela adesão a um projeto maior que, nós cristãos, acreditamos ser o reinado divino sobre nós e sobre o mundo.

Há dez anos, no dia 5 de março de 2013, o mundo se despedia de Hugo Chávez Frias, presidente da Venezuela. As agências internacionais de notícia sempre retrataram Chávez como populista de esquerda e ditador comunista. Não podia ser de outra forma, já que Chávez foi o líder político latino-americano que mais enfrentou diretamente o imperialismo dos Estados Unidos e nunca se dobrou diante das grandes potências.

Chávez incorporou na sua vida a proposta de Simon Bolívar, o venezuelano que, no início do século XIX, renunciou às suas riquezas, libertou os escravos e, à frente de um exército de negros, índios e pobres, liderou as lutas de libertação de vários países da América do Sul.

Sob a liderança de Hugo Chávez, o povo venezuelano aprovou a nova Constituição do país e atualizou o Bolivarianismo, com três objetivos:

  • Integrar os países da América do Sul, em uma aliança que possibilite a Nuestra América ser uma só pátria grande.
  • Libertar o continente dos Imperialismos.
  • Caminhar para uma economia de inspiração social mais indígena ou latino americano.

Como era de se esperar, a guerra midiática que o império lançou contra a Venezuela provocou tentativas de golpes de Estado e todo tipo de calúnias e acusações. Assim mesmo, em poucos anos, Chávez conseguiu eliminar a fome no país e acabou com o analfabetismo. Realizou uma reforma fundiária que limita o tamanho máximo possível das propriedades rurais. Realizou programas de educação, saúde popular e habitação que, em poucos anos, mudaram o país. Em março de 2013, depois de resistir durante dois anos a um câncer, Chávez não resistiu. Durante sete dias, milhões de venezuelanos desfilaram diante do seu corpo. Sete países da América Latina decretaram luto oficial.

Depois do falecimento de Chávez, o Imperialismo intensificou a guerra contra a Venezuela. Apropriou-se dos dólares que o governo venezuelano mantinha em bancos internacionais. Intensificou um bloqueio econômico que impede o comércio externo e busca estrangular a economia. Usa a própria elite do país e comerciantes contra o governo. Como sempre, é a população mais pobre que mais sofre. Mesmo pessoas que têm críticas ao atual governo, dizem sua admiração pelo presidente Chávez.

No VI Fórum Social Mundial, em janeiro de 2006, em Caracas, fui escolhido pelos movimentos sociais para coordenar o momento inicial de um encontro com o presidente Chávez. Devia apresentá-lo ao público de mais de 20 mil pessoas presentes no estádio Poliedro. Esperava no corredor a minha vez de entrar no palco, quando se aproxima um jovem soldado venezuelano que me saúda e pergunta: – Você é o padre que veio abençoar a nossa revolução? Sem hesitar, respondi:

– Se a nossa revolução for verdadeira revolução, ela já é sagrada em si mesma. Não precisa ser abençoada. Ela é que nos abençoa.

Acrescentei: – A verdadeira revolução coloca em igualdade de direitos e condições a homens e mulheres, supera as desigualdades sociais e econômicas e ajuda cada pessoa a se transformar interiormente.

O jovem de 18 ou 19 anos, negro e com cara de pobre respondeu sem hesitar: – Isso é o que o presidente Chávez vive e nos ensina a fazer.

Poucos minutos depois, foi contando essa minha conversa com o soldado que apresentei o presidente Chávez a militantes de movimentos sociais de todo o mundo. Logo depois, naquela mesma ocasião, ele me sugeriu que escrevesse um livro sobre como viver uma Espiritualidade ecumênica, de orientação libertadora para animar as pessoas e comunidades no novo caminho bolivariano. A partir dali, ficamos amigos e conversamos diversas vezes sobre este assunto. Com o presidente Chávez, aprendi que a única motivação possível para qualquer engajamento político é o Amor Social e este só se explica pela adesão a um projeto maior que, nós cristãos, acreditamos ser o reinado divino sobre nós e sobre o mundo.

Marcelo Barros, teólogo brasileño

Y una descarga eléctrica recorrió mis entrañas

Chávez fue, hasta su partida, un referente indispensable para millones de nosotros. Lo sigue siendo

Yo fui uno de aquellos preadolescentes que salió de la infancia para entrar en un mundo unipolar y asfixiante que invitaba más a la depresión que a la vida. Viniendo de una familia comunista me encontré de pronto con un horizonte sin esperanzas ni referencias claras de hacia dónde seguir. Recuerdo que en medio de aquella confusión yo hice de la pared de mi cuarto una especie de mural íntimo de la resistencia, al cual me aferré por años. En él pegaba recortes de periódicos con las noticias de los acontecimientos que sacudieron a Venezuela, allá por el año 1992, y a México, a inicios del año 94. Por aquel mural pasaron decenas de noticias latinoamericanas que fueron como bocanadas de esperanza para aquel niño que yo empezaba a dejar atrás. Sencillamente no podía resignarme a que el futuro se terminara sin tan siquiera haber comenzado para mí. A Chávez lo conocí en aquellos recortes de periódico.

Su visita a Cuba, en el año 1994, resuena en mis recuerdos sin que logre precisar exactamente por medio de quién o cómo llegaron hasta mí las palabras que pronunció en el aula magna de la Universidad de la Habana, al lado de Fidel. Pasó el tiempo y allá por el año 1999, sin que mis jefes se dieran cuenta, yo revisaba en internet los discursos de Chávez y daba seguimiento a las noticias que llegaban desde Caracas. Para ese entonces sus ideas me habían cautivado y estaba convencido de que señalaban un horizonte posible. Fidel y Chávez. Bolívar y Martí. La constituyente, su apasionada opción por los pobres, pero sobre todo la creciente hostilidad de las élites del mundo, me habían terminado de convencer. Me encantaba su manera directa de confrontarles y que no se andaba con medias tintas. Era un gigante que aparecía en el momento en que más necesitábamos a alguien de su estatura.

Tuve el privilegio de conocerlo en el año 2004, durante un evento de solidaridad llamado “Florentino Sin Fronteras, Venezuela no está sola”, poco antes del primer referéndum revolcatorio en la historia de América Latina. De esa visita guardo un recuerdo muy especial: el Teatro Teresa Carreño estaba lleno, delegaciones de todos los rincones del mundo coreaban consignas y agitaban todo tipo de banderas, sonrisas y consignas. Había mucha gente humilde, de esa que le calienta a uno el corazón. Cuando llegó el momento, aquel Chávez cercano se abrió paso hasta la tribuna y comenzó su discurso. Yo conseguí sentarme cerca de la primera fila y con mi cámara de video empecé a grabarlo. Ya entrado en su intervención Chávez preguntó a la audiencia, ¿qué sucedería si los Estados Unidos se atrevieran a detener por la fuerza el proceso revolucionario en Venezuela? Hizo una breve pausa, durante la cual me miró en silencio. Nunca olvidaré su mirada en aquel breve instante de reflexión. “¡Se levantarían los pueblos de América Latina!”, rugió Chávez. Y la audiencia entera se hizo una con aquellas palabras, y una descarga eléctrica recorrió mis entrañas.

Chávez fue, hasta su partida, un referente indispensable para millones de nosotros. Lo sigue siendo. Sacó a Bolívar y a los libertadores de la tumba de olvido en que las oligarquías los tenían sepultados. Plantó cara al imperio, sin pelos en la lengua. Revolución y socialismo dejaron de ser palabras viejas gracias a él. Se jugó el pellejo por nuestros pueblos. En lo personal le agradezco el haberme señalado un sendero por el que transitan hoy mis sueños y esperanzas de futuro. Escribo estas líneas desde una Costa Rica que no atraviesa su mejor momento. Sirva ese sencillo dato para comprender que Hugo Chávez marcó, con sus ideas de integración y su ejemplo de rebeldía e irreverencia, de dignidad alegre y de coraje, a millones de personas que cada día luchamos con la convicción de que la vía del socialismo, la revolución, el anti imperialismo y la búsqueda de nuestra segunda independencia, señaladas por Chávez, son la ruta a seguir.

Allan Barboza-Leitón / Fotógrafo documental y comunicador social costarricense.

El amigo que trancó la Contrarrevolución en América Latina

A diez años de la desaparición física del comandante Chávez, estamos agradecidos eternamente con él, por su ejemplo inclaudicable, su palabra inconfundible y su inmensa solidaridad

Los 90s era un período de desacumulación profunda para los pueblos latinoamericanos. A la sombra de la desarticulación de la Unión Soviética y planteada “el fin de las ideologías” como el momento cumbre de la hegemonía estadounidense neoliberal, los modelos culturales, sociales, político-económicos y por supuesto los capitales del imperio cabalgaban por el continente, desde México hasta Argentina.

Centroamérica se despertó un febrero de 1990 con el secuestro de la revolución sandinista, ganado electoralmente por las fuerzas proimperialistas después de diez años de guerra sucia financiada y dirigida por los EEUU.

La sangrienta invasión en Panamá en 1989 marcó un cambio en la retórica detrás de la agresión militar yanquí; por primera vez, el narcotráfico pintó como justificación para la presencia militar de EEUU en la región.

En Colombia, los acuerdos de paz entre el M19 y el gobierno liberal de Virgilio Barco fueron la antesala para el descabezamiento de su máxima dirigencia y el genocidio contra la Unión Patriótica aún estaba en ascenso. En Perú el MRTA fue prácticamente desarticulado y el Sendero Luminoso recibió un golpe mortal con la captura de Abimael Guzmán.

Cuba fue debilitada, aunque no derrotada, por el período especial, provocado la caída del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) y por leyes nefastas de los estados unidos como la Enmienda Torricelli (1992) y la Ley Helms-Burton (1996).

Y México firmó el primer Tratado de Libre Comercio (TCLAN) con los Estados Unidos, inaugurando una nueva modalidad del imperialismo en el continente.

¿Una contrarrevolución sin sangre?

Las imágenes que vienen a la mente cuando uno piensa en el concepto de “período contrarrevolucionario” son imágenes sangrientas, de las fuerzas revolucionarias diezmadas en brutales y despiadadas masacres.

Sin embargo, las 90s nos enseñó que era posible que la clase dominante internacional y sus títeres locales inhabilitaran a las fuerzas revolucionarias del continente y provocaran su extremo debilitamiento y dispersión sin tanta sangre.Aunque las condiciones objetivas para la revolución se profundizaron con el neoliberalismo, las condiciones políticas y sociales para el ascenso de la lucha popular desaparecieron.

Llegó Chávez y mandó a parar

La toma de posesión de Chávez, su juramento frente al pueblo venezolano y sobre la “moribunda Constitución” marcó un giro y la primera derrota importante de la derecha en América Latina durante la década, a solo dos años del cambio de siglo.

La victoria de Chávez y del pueblo venezolano iluminó nuevos tiempos para las fuerzas populares del continente. Significó el fin del aislamiento casi total en que Cuba había sido arrinconado. Significó la construcción del segundo (después de Cuba) y más grande ejército de carácter antiimperialista en las Américas. Y sobre todo, significó un soplo de ánimo a todas las fuerzas antiimperialistas y anticapitalistas en el continente.

De ahí, comenzó un resurgimiento de gobiernos progresistas y de izquierda en el continente: Brasil, Bolivia, Ecuador y Argentina seguido por Uruguay, Nicaragua, El Salvador. Y esta correlación, unida a Cuba socialista, fue capaz de materializar la orientación de Chávez en una nueva integración política económica que derrotara el proyecto imperialista del ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) cuando Chávez mandó “ALCA al carajo” y nació la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), por su insistencia y la de Fidel. Chávez fue autor de iniciativas integracionistas como la 5ta Internacional, rápidamente sustituida por la arquitectura política e institucional de la CELAC, que uniría los gobiernos del continente de manera solidaria y soberana frente a la OEA.

A diez años de la desaparición física del comandante Chávez, estamos agradecidos eternamente con él por su ejemplo inclaudicable, su palabra inconfundible y su inmensa solidaridad; todos estos, elementos imprescindibles para la recomposición de las fuerzas populares de América Latina al fin del Siglo XX. Desde donde esté, su sonrisa sigue iluminando nuestras luchas y cantamos con él “El Lunerito” para animar nuestra marcha inconclusa.

Elena Freedman, El Salvador