Por siempre Chávez

Antes de partir físicamente, Chávez nos encomendó la tarea de seguir forjando unidad y más unidad ante un enemigo imperialista que no cesa en su proyecto de dominación

No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán; ante esta circunstancia de nuevas dificultades, del tamaño que fueren, la respuesta de todas y de todos los patriotas, los revolucionarios -los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras, como diría Augusto Mijares- es unidad, lucha, batalla y victoria”.

Hugo Chávez Frías

Al cumplirse diez años del paso a la inmortalidad del Comandante Eterno, se hace inevitable repasar su legado, ese que se multiplica día a día en los pueblos del mundo que sueñan, anhelan y luchan por su liberación. Antes de partir físicamente, Chávez nos encomendó la tarea de seguir forjando unidad y más unidad ante un enemigo imperialista que no cesa en su proyecto de dominación.

Cuando Chávez apareció en la historia, reavivó la llama revolucionaria existente en los pueblos del mundo que luchan contra la opresión y el saqueo imperial. Sus enérgicos discursos y su práctica revolucionaria trascendieron las fronteras de la Venezuela bolivariana y de Nuestra Patria Grande para convertirlo en un faro a nivel global, llegando a todos los rincones para convertirse en un ejemplo de lucha revolucionaria en defensa de la humanidad y de nuestra casa común.

El Comandante sembró la esperanza, las ansias de transformar todo lo que deba ser transformado; las de tirar abajo los muros que levanta el enemigo y las de romper las cadenas que nos oprimen y provocan el sufrimiento de millones para que unos pocos se enriquezcan. Anhelos que continúan intactos en el heroico y bravo pueblo bolivariano que junto con el compañero/camarada Nicolás Maduro Moros sigue batallando contra las agresiones gringas y de sus aliados.

Creyeron que sin el Comandante la revolución moriría. No lo escucharon. Chávez ya no era ese compañero nacido en Barinas al que le gustaba el béisbol y que un día se alistó en el ejército. Chávez trascendió incluso su corporalidad y se convirtió en un pueblo, en muchos pueblos. “Tú también eres Chávez” gritó a los 4 vientos. Porque Chávez ya no era una persona, eran las ideas, los valores, la solidaridad, la hermandad, la unidad y la lucha. Chávez se convirtió en sinónimo de Revolución.

Hace poco tiempo escuchamos a la Jefa del Comando Sur de EEUU referirse a nuestros territorios y bienes comunes cómo si fuéramos su patio trasero, dejando en claro que no resignaron sus intereses de sometimiento y saqueo de nuestro continente. Chávez nos advirtió de la vorágine imperialista que sigue sumando crímenes cometidos contra la humanidad. Señaló la crueldad de este sistema capitalista que sólo reproduce miserias e injusticias. “¡Patria, socialismo o muerte!” sentenció para convocarnos a construir Patria ante un modelo que solo conduce a la extinción como especie. Pero también nos dejó una certeza al proclamar el ¡viviremos y venceremos! porque confiaba que este pueblo que lleva más de 500 años de batalla contra el coloniaje, está resuelto a ser libre.

Con esa convicción enterramos al ALCA para parir un nuevo tiempo nuestroamericano de solidaridad y hermandad entre pueblos, de integración regional para librarnos de la dependencia. Con esa determinación resistimos la revancha de la derecha reaccionaria que intenta restaurarse en el poder para avanzar con su depredación. La Revolución no solo es posible, sino que es necesaria para que triunfe la vida por sobre la muerte.

Así cómo el Comandante Eterno dedicó hasta su último suspiro en esta batalla, nosotras y nosotros juramos seguir la senda que nos marcó. Convencer y multiplicar, esa es la tarea hasta que todos los pueblos del mundo triunfen.

Chávez vive en nuestra lucha anticapitalista y antimperialista.

¡Por siempre Chávez! ¡Por siempre Revolución!

¡Aquí no se rinde nadie! ¡Venceremos!

Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho

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