Katya Colmenares: el capitalismo destruyó las sociedades comunitarias

La Sexta Escuela Descolonial de Caracas congrega a diversos pensadores, filósofos y escritores para debatir sobre “Pandemia, cambio climático y el sostenimiento de la vida». La primera jornada fue compartida entre el sociólogo puertorriqueño, Ramón Grosfoguel y la doctora en Humanidades con especialidad en Filosofía política mexicana, Katya Colmenares. Colmenares participó con su ponencia “De […]

La Sexta Escuela Descolonial de Caracas congrega a diversos pensadores, filósofos y escritores para debatir sobre “Pandemia, cambio climático y el sostenimiento de la vida». La primera jornada fue compartida entre el sociólogo puertorriqueño, Ramón Grosfoguel y la doctora en Humanidades con especialidad en Filosofía política mexicana, Katya Colmenares.

Colmenares participó con su ponencia “De la sociedad moderna y la comunidad de vida: subjetividades y transformación de las instituciones. Además, aprovechó el espacio para denunciar el intento de magnicidio contra el presidente de Bolivia, Luis Arce.

Al respecto dijo: “Una vez más el imperio pretende derramar la sangre de nuestros pueblos; nos llega la hora de dar testimonio del llamado que hizo Tupac Amarú ante la muerte sentenció a sus asesinos diciendo “¡Volveré y seré millones!” Como una sola voz tenemos que hacer resonar ese repudio al imperio de la muerte”, afirmó Colmenares.

Recordó el legado de Juan José Bautista, sus constantes llamados a la unión y la formación descolonial de los pueblos; para defender la ancestralidad, la soberanía de los Estados y la lucha contra el imperialismo.

Comunidad de Vida vs Sociedad Moderna

Colmenares abordó el paso de la sociedad moderna a la comunidad de vida, teniendo como referentes a Bautista, Marx y Dussel. En tal sentido, refirió que “el capitalismo para poder desarrollarse necesitó destruir las sociedades comunitarias”; estas tenían tres actores fundamentales: la naturaleza, el espíritu de los ancestros y los seres humanos.

Precisó que la naturaleza fue vista como un objeto mediante la estructura del método científico, haciendo del ser humano único propietario de la tierra; también la ciudanización pedagógica proyectó el “ideal de la vida burguesa y citadina, destronando la vida del campo y su valor”; generando una fuerza de trabajo disponible al servicio el capital y excluido de la riqueza.

“La libertad de la modernidad no solo nos deja solos sino que también nos hace esclavos” reiteró la humanista mexicana. Todo esto es parte de una política de dominación, que nos lleva a repensar cómo se construye este entramado subjetivo; el cual supuso la destrucción de las comunidades de vida.

El velo impuesto por la modernidad sobre los seres humanos potencia el egoísmo, el rechazo a los ancestros; así como el desprestigio de los adultos mayores porque están vinculados al pasado, por ejemplo.

Para Colmenares es necesario tener conciencia de lo espiritual, cósmico y reconocer el sentido profundo de la vida; de esta manera podríamos romper con la cosificación del mundo que impuso la modernidad.

“La cuestión es cómo podemos volver a recuperar la capacidad de mirar, esa capacidad de escucha; esa capacidad de contacto con una realidad que está aconteciendo todos los días; y con la cual ya no podemos precisamente vincularnos”, reflexionó Colmenares.

Por ello, dijo que se debe hacer una crítica de las categorías de la ciencias burguesas; tomando como referencia el trabajo de Marx sobre la economía.

“Tenemos una tarea mucho más compleja y más amplia; es entonces una crítica de las categorías de la ciencia burguesa; de la ciencia en su sentido de naturaleza y la ciencia en su sentido humano”, reiteró.

EL SER HUMANO NUEVO Y LA SUBJETIVIDAD

Katya Colmenares, abordó las investigaciones de Juan José Bautista sobre la fundamentación histórica y filosófica del hombre nuevo; un trabajo que escribió a principios de los noventa.

Recordó que sus ideas valoran el desarrollo místico del hombre que labra la tierra; frente al hombre que habita la ciudad, el cual pierde su visión de la naturaleza, de la vida, y se somete a la modernidad. “Nos alimentamos de lo sagrado porque somos sagrados, lo sagrado tiene como contenido lo divino (Dios). El contenido que nombra a esta palabra, nos dice Juan José, es un campo de lucha política; desde ahí se construye un modo de vida específico” recordó la investigadora.

Precisó, que el ser humano es un permanente testigo de la existencia de Dios; siempre que asume la tarea de que sus actos confirmen dicha existencia. «Hago el bien y lo hago para que exista, para que se cumpla, para que sea real. La modernidad nos dice todo lo contrario(…) nos dice que el ser humano es malo por naturaleza”, mencionó

Explicó que la concepción de lo humano significa un modo de hacer política. Por ende, se debe sistematizar una nueva forma de antropología; teniendo como referencia a los pueblos originarios y su resistencia al sistema neoliberal que niega la política comunitaria.

Finalmente, invitó a los pueblos y movimientos sociales a trabajar en función del pensamiento crítico, trascendental y las meditaciones descoloniales, que fueron bandera de investigación de Juan José Bautista.