Hugo Chávez: un líder histórico mundial para el Comité Internacional de Socialistas Democráticos de América

Sus esfuerzos para redistribuir la riqueza de Venezuela, para volver a democratizar el sistema político del país y para construir la solidaridad internacional dentro del Sur Global, casi sin ayuda, volvieron a colocar al socialismo en la agenda de la gente en todo el mundo

El décimo aniversario del fallecimiento del presidente Hugo Chávez de Venezuela nos recuerda el importante líder que el mundo perdió el 5 de marzo de 2013.

Cuando Chávez asumió la presidencia a principios de 1999, inicialmente defendió un tipo de socialdemocracia liberal de «tercera vía». Sin embargo, sus esfuerzos por reformar Venezuela de manera moderada —en contra de la voluntad de la élite gobernante del país— lo llevaron a una confrontación abierta con esta élite. Esto radicalizó a Chávez, particularmente después de los intentos de golpe de 2002. A fines de 2005, declaró abiertamente que la revolución bolivariana es una revolución socialista.

Este ejemplo de perseguir firmemente un programa anticapitalista, prosocialista y antiimperialista inspiró a movimientos y personas en el resto de América Latina a elegir líderes izquierdistas similares en toda la región entre 2003 y 2010, dando lugar a los primeros llamados «marea rosa» en América Latina. Sus esfuerzos para redistribuir la riqueza de Venezuela, para volver a democratizar el sistema político del país y para construir la solidaridad internacional dentro del Sur Global, casi sin ayuda, volvieron a colocar al socialismo en la agenda de la gente en todo el mundo.

Chávez no solo repopularizó la idea del socialismo, también empoderó al pueblo para renovarlo y repensarlo, enfatizando que el socialismo es más que justicia social, que también debe ser radicalmente democrático y participativo. Este renacimiento del socialismo y la expansión de lo que el socialismo puede significar es la razón por la que Chávez sigue siendo un líder histórico mundial y el camarada más venerado de DSA-IC. Su legado es una inspiración contemporánea para una nueva generación de socialistas, muchos de los cuales se unieron a DSA solo en los últimos cinco o seis años. Más que eso, la persistencia de sus esfuerzos por transformar Venezuela, que Estados Unidos se ha esforzado tanto por aplastar desde la muerte de Chávez, particularmente a través de sanciones ilegales, muestra el espíritu indomable del pueblo venezolano y la promesa perdurable del socialismo en el siglo XXI.

Además, el trabajo incansable de Chávez para construir la solidaridad internacional Sur-Sur, en abierta oposición al imperialismo estadounidense, nos inspira en el DSA-IC. Demostró que incluso un país relativamente poco desarrollado como Venezuela podía mostrarse orgullosamente solidario con el pueblo de Haití, Palestina, Cuba y otras naciones caribeñas y africanas. Asimismo, su incansable esfuerzo por construir nuevos organismos regionales multilaterales, como CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas) y ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), demostraron su gran visión en cuanto a lo que se necesitaría para enfrentar el poder estadounidense.

En efecto, Chávez no solo fue un estratega y organizador de clase mundial, sino que también fue alguien que no tuvo miedo de profundizar en la teoría política, social y económica para guiarlo a través de las preguntas difíciles del día. Chávez le enseñó al mundo, incluido DSA, cómo unificar la teoría y la práctica en los tiempos de hoy.

Chávez debería haber estado más tiempo con nosotros; tenía mucho más que hacer y enseñarnos. Pero depende de nosotros continuar con su legado, mantener en nuestras mentes sus lecciones y mantener en nuestros corazones su espíritu valiente. ¡Viva Chávez! ¡Viva la revolución bolivariana!

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